Salimos de ver la última creación de Chevi Muraday, “En el desierto”, y nos encontramos con él en el bar de El Matadero, donde se podrá ver hasta el próximo 26 de octubre.
Nadie debería perderse la experiencia de transitar con Losdedae por una obra perfecta. Es como pasear por un sueño. Logran sumergir al espectador en un mundo onírico lleno de poesía y con múltiples significados. Tantos que “En el desierto” se impregna en la mente y sus imágenes, su mensaje, se repiten a modo de “flashes” durante los días siguientes a su visualización. Es como si una parte tuya se hubiera quedado sobre el escenario.
Es mejor no escribir sobre ello, pues no hay palabras que reflejen esa conmoción esperanzada y a la vez aterradora que significa “En el desierto”. Hay que ir a verlo, sentirlo por uno mismo.
Acodado en la barra me mira Chevi, le miro y no se qué decir. Él comprende mi gran impresión y me cuenta:
-Es una obra de digestión lenta. Se necesita tiempo para procesarla.
M – Es tan evocadora...
Chevi – Verás, cuando nosotros generamos algo, lo generamos y punto. No somos conscienteS del impacto que puede tener en el público, por lo que me interesa mucho lo que me cuentan, me produce muchísima curiosidad.
M - ¿Qué es lo que opinan?
C – Pues sucede eso, que me llegan mensajes de facebook o whatsapp y me cuentan que no pueden olvidar la impresión que han recibido desde el escenario, que necesitan varios días para procesarlo.
M – Es por la riqueza de la obra. Tiene un enfoque poético tan sugerente que estoy segura que cada uno que lo ve le ofrece un significado distinto, porque todos de una forma u otra pueden sentirse identificados.
Así, los protagonistas podrían ser los palestinos de Gaza; los enfermos de ébola, y lo que es más aterrador, podría ser yo misma en este mundo occidental, en el que a veces nos sentimos también solos y sin esperanza. Y “En el desierto” te da una respuesta: resistir, y al final vemos la luz. Hasta imparte una filosofía...
C – Yo he querido y he buscado esa pluralidad. Sentí que deseaba transitar, cruzar esa frontera que encasilla los géneros. Los bailarines hablan, los actores se mueven. Es un lugar en el que el movimiento y la palabra conviven. No me gusta cuando etiquetan que si es danza, que si es teatro... Derribemos las barreras que limitan la creatividad.
También estoy cansado de que la danza contemporánea se reduzca siempre a unos mismos espacios. Hay que cruzar, ir más allá. Coseguir el Matadero un mes y con una compañía de danza de pequeño formato, ha sido y es una gran apuesta. Yo lucho por ello.
M - ¿Cuál es el mensaje principal que desea trasmitir “En el desierto”?
C – Es un mensaje esperanzador. Es lo mismo que deberíamos hacer en la vida: creando un grupo, podemos crear una resistencia. Hacer cosas juntos es lo que puede cambiar el mundo.
MERCEDES ALBI