Amalgama es una muestra interdisciplinar de música, canto y danza interpretada por los alumnos de los Conservatorios “Victoria de los Ángeles” y “Carmen Amaya” de Madrid. Es la colaboración así como la armonización de conocimientos e ilusiones, de un maravilloso grupo de jóvenes que esperanzan el futuro de nuestra cultura.
Nos reciben muy ilusionados conocedores de que son muy escasas las menciones que se realizan en los medios de su excelente trabajo. Estos niños que crecen en el mundo de las redes sociales, y que gracias a ellas comparten toda la información en tiempo real de la evolución de sus referentes en las diferentes disciplinas, echan de menos no estar presentes en ellas. Necesitan que se hable de ellos y no solo reclaman“críticas” a su trabajo, sino que incluso las necesitan para trabajar sus debilidades, consolidar sus conocimientos y crecer. Todo lo que no aparece en las redes o que de una u otra forma no se publicita, no existe.
Avanzamos por las aulas momentos antes de que empiece la Gala. Allí es donde se gesta la esencia de Amalgama: violines, violonchelos, trombones, trompetas, clarinetes y demás instrumentos suenan incansablemente, mientras que los bailarines calientan sus cuerpos y los cantantes sus voces. Comenzamos a percibir la grandiosidad de lo que más tarde íbamos a disfrutar.
Una vez en el Auditorio, la Orquesta Sinfónica ya se encontraba perfectamente dispuesta, el foso se quedaba pequeño. Y a partir de entonces comenzó el desfile de los grandes. Tchaikowsky, Barbieri, Falla, Albeniz, Prokófiev, Saint-Saens o Chapí entre otros aparecían en el escenario haciendo honor al nombre de un espectáculo en el que todo tenía cabida. “Romeo y Julieta”, “El Lago de los Cisnes”, “El Cascanueces” o “La muerte del Cisne”, llegaron de la mano de los más clásicos. “Malagueña”, “Tango” (Albéniz) o la “Jota” y la“Seguidilla” de “Las siete canciones" de Falla, engalanaron el escenario trasladándonos a una época gloriosa de nuestra cultura. La danza contemporánea también tuvo su cabida destacando la pieza “Maya” del reconocido y aclamado I. Clarke con una coreografía de Angie Pasiecznik de destacada sensibilidad.
Finalizaron la Gala poniéndole una guinda perfecta al pastel de múltiples sabores, colores, sensaciones y emociones que ya habíamos degustado, con el Preludio de “La Revoltosa”.
Quedaron en nuestra retina momentos muy dulces, que difícilmente olvidaremos. Disfrutamos y compartimos muchas ilusiones. Prometimos volver porque ellos necesitan que lo hagamos y nosotros necesitamos disfrutar con ellos.
GEMMA ORTEGA