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1915 Estreno de "El Amor Brujo"


“El Amor Brujo” nació cuando Pastora Imperio (1889-1979) le encarga a Manuel de Falla (1876-1946) una música para un libreto de Gregorio Martínez Sierra, en el que ella interpretaba a su protagonista. Lejos estaban todos de imaginar la trascendencia que alcanzaría la nueva composición, considerada una de las obras cumbre de la música española de todos los tiempos.


La artista cantaba y bailaba con una gracia y un duende que hechizaban, y una técnica de brazos que marcó estilo.


En el siguiente enlace podemos verla en el año 1935, donde hizo el papel de madre, en la películo María de la O, siendo la protagonista Carmen Amaya:


Y el porte de su estampa aun puede admirar en esta filmación donde baila una solea en su edad madura:

La Primera Guerra Mundial había estallado, y el numeroso grupo de artistas españoles residentes en París, que pertenecía a la flor y nata de la elite cultural española, se ve obligado a regresar a su país.

“El Amor Brujo” significa para Manuel de Falla un reencuentro con sus más hondas raíces, tras terminar bruscamente su estancia de ocho años en Francia, donde era considerado uno de los integrantes de la modernidad musical europea.


La vanguardia huye del conflicto y se refugia en España, dando lugar a una época que revolucionará las artes escénicas y actuará como una diáspora que difundirá el arte español por los teatros más importantes del mundo.

ENTRE ZULOAGA Y NESTOR DE LA TORRE

El diseño de la escenografía y del vestuario de la obra fue ofrecido inicialmente al pintor Ignacio de Zuloaga (1870-1945), gran amigo de Falla. No en vano, la guerra había impedido que los bocetos realizados para una representación de “La Vida Breve” de 1914 en la Ópera de París, vieran la luz. Pero Zuloaga pretexta un exceso de trabajo y rehúsa aceptar el encargo. En aquel momento, el pintor vivía un amor secreto y pasional con la bailarina Tórtola Valencia. ¿Sería demasiado aventurado pensar que podría existir una cierta rivalidad artística entre Pastora y Tórtola? El tiempo como en casi todo, nos confirma que sí, pues aconteció un gravísimo suceso instigado por Tórtola que provocó a Pastora un grave accidente que podía haberle costado la vida, un verdadero y cruento duelo de divas, que relataremos en otra ocasión.


Ante la negativa de Zuloaga, Pastora Imperio propone la tarea al pintor grancanario Néstor Martín-Fernández de la Torre (1887-1939), el cual queda entusiasmado con la idea, pues en París ha conocido la gran revolución que en materia escénica supuso la llegada de los Ballets Rusos de Diaghilev. La atracción de de Néstor hacia el mundo de las bambalinas es algo que le acompañará desde su infancia a lo largo de toda su vida.


Basta contemplar dos aguafuertes de Néstor datados en 1910, “La Macarena” y “El Garrotín”, representando escenas de baile, para percibir la fuerza con que capta el movimiento y transmite la energía de la danza.


Así mismo, se percibe en sus dibujos una clara influencia de León Bakst (1866-1924), lo que evidencia la relación de Néstor con los Ballets Russes de Diaghilev.


Un hecho que corrobora de forma indidable esta relación con la mítica compañía, es la correspondencia que mantendría a lo largo de su vida con Adolph Bolm, que se conserva en el Museo Néstor de Gran Canaria. En este enlace podemos admirar la gran versatilidad del bailarín ruso junto con Ruth Page, protagonizando un film datado en 1922.


Mucho queda por descubrir, mucho por investigar en materia de danza sobre este fascinante período de la Edad de Plata de nuestra cultura, cuando España se convierte en lugar de refugio de la vanguardia europea.


Y es que “El Amor Brujo”, en su primer estreno, el 15 de abril de 1915 en el Teatro Lara de Madrid, contenía todos los ingredientes que iban a convertirlo en el punto de partida de esta era de esplendor creativo.

(continuará)

MERCEDES ALBI

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