“El arte por delante”, que ha inaugurado el festival Flamenco Madrid en el Teatro Fernán Gómez, hace honor a su título. Ha sido una experiencia de arte en carne viva, un flamenco puro sin aditivos, que generó con el público una corriente de transmisión de alto voltaje.
La elegancia en el baile de Pol Vaquero, el nervio vibrante de Ángel Rojas junto con el poso de equilibrada hondura de Carlos Rodríguez, rodearon a la Lupi, que fue un clavel en su sazón, reventando, saliéndose de sí misma y contagiando su fuerza y su gracia en unas alegrías que bailó con bata de cola.
No hubo un momento en que el espectáculo decayera.
Los músicos -al cante de Juan Debel, Roberto Lorente y Alfredo Tejada, con las guitarras de Curro García y Paco Cruz, y el cajón de Miguel “Cheyén”- estuvieron al nivel de tan destacados danzantes.
El público se agolpaba en el vestíbulo del teatro para seguir aclamando a los artistas. Y pregunté, quise conocer donde estaba la raíz de tanto entusiasmo, el secreto de ese algo que existe y que en algún momento se manifiesta sin que nadie sepamos a ciencia cierta su porqué.
La mejor respuesta me la dio una amiga, que no pertenece al mundo de la danza: “Mírame, no me ves” - y señalaba surcos de lágrimas sobre el maquillaje- “Si se me saltan las lágrimas… Eso es algo que nunca miente”.
MERCEDES ALBI
(Fotografía del programa obra de Pacolega)