"Á l´Espagnole" es una equilibrada unión entre música y danza de alto nivel, donde los bailarines de la Cia. Antonio Ruz y la orquesta de música antigua de la Accademia del Piacere se integran a la perfección sobre la escena. No hay separación de géneros, los músicos bailan y bailarines "cantan" en una obra que es un verdadero deleite para los sentidos.
La luz, perfectamente modelada, crea una atmósfera propicia para el estilo coreógrafico de Antonio Ruz, que conjuga el devenir de movimientos muy dinámicos -a veces con apariencia de improvisación- que se consolidan a través de frisos encadenados y grupos escultóricos de admirable plasticidad. Su imaginación es extraordinaria. "Á l´Espagnole" es vivaz, posee humor, un dominio del ritmo escénico, ingeniosas transiciones y sobre todo belleza.
La música es maravillosa. La soprano Mariví Blasco, con un timbre dulcísimo, se incorpora a la coreografía como un bailarín más y se convierte en una musa mecida en una hamaca imaginaria.
Los bailarines muestran gran versatilidad, se transforman en actores, en músicos y asombran al espectador con dotes artísticas inesperadas. Pero en "Á l´Espagnole" todo es posible, es un mundo abierto a la sorpresa. Un bailarín puede declamar un texto sobre el antiguo arte del buen danzar, y tañer la flauta de pico con maestría.
Y es que "Á l´Espagnole" es muy puro, muy sencillo, las tonalidades del vestuario son monocromas, pero un halo de luz dorada crea el efecto barroco que todo lo envuelve con exquisitez. "Á l´Espagnole" contiene pinceladas de historia, música hermosísima, danza contemporánea y toques de vivacidad teatral, conjugados con una plástica imaginativa a cargo de unos mágníficos intérpretes.
En un tiempo en el que parece que todo está ya visto, Antonio Ruz logra ir más allá, y el espectador es trasladado al fértil universo de la genialidad artística.
MERCEDES ALBI
(Fotografías Jorge Alvárez, Foto final Luis Castellano de Norte)