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Conversaciones desde el Ateneo: entrevista a Ricardo Cue


Conversar con Ricardo Cue nunca es simplemente hablar, es mucho más. Ricardo te sumerge en un mundo de creación, reflexión, de aguda observación del pasado y del presente ante el que es imposible sustraer la atención. Pasan la horas y el interés no decae, sino que aumenta. Tiene el don de enriquecer aquello que toca, y esto se siente hablando con él pues te aporta muchas cosas.

Ricardo es sabio, y eso va con él a pesar de que todo el gran potencial de su talento y su inmenso bagaje se malgaste en nuestro país. Y es que Ricardo es un lujo del que no se debería prescindir en nada que tuviera relación con la danza.

Ahora termina de regresar de Moscú. Ha sido un viaje con un gran contenido emocional. Asistió a los actos de celebración del 90 cumpleaños de Maya Plitsetkaya, su gran amiga. Todo fue como Maya lo había planeado, salvo ella, que debía estar allí.


El golpe seco de su repentina muerte ha dejado huellas muy profundas.



P-Cuéntame sobre tus recientes vivencias en Moscú, durante los actos de homenaje a Maya.


-Han sido un cúmulo de tantas emociones... Pero allí me dí cuenta de lo que Maya significaba. Fue sentado en el Tchaikovsky Concert Hall durante el concierto homenaje, donde interpretaron la “Carmen” de Rodion, y luego, el “Bolero” de Ravel, con el visionado de la película muda del mismo título con la Orquesta del Mariinsky dirigida por Gergiev.


Se percibía un grado tal de intensidad entre el público, que fui consciente de que Maya había pasado de ser memoria viva a ser memoria eterna. Ese fue, para mí, el momento de la transformación. Entré buscando una Maya ausente y durante el concierto presentí esa existencia eterna y universal. Algo que no había sentido ni experimentado antes, no todos los seres pasan por esa metamorfosis. Días mas tarde en las galas en el teatro Bolshoi ya su presencia estaba establecida en su nueva forma y me encontré mas cómodo.


P-¿Cuál es la diferencia entre memoria viva y memoria eterna?

-En que la viva perdura únicamente mientras vivimos los que conocimos a la persona fallecida, pero la memoria eterna va más allá, forma parte de la colectividad, no se extingue nunca.


Le han puesto el nombre de Maya a una plaza en el centro de Moscú. Mira estas fotos.



Escogieron esta plaza porque un artista le pintó este retrato en graffiti a Maya. A ella le gustaba. Recuerdo que me lo envió y me dijo “mira lo que me han hecho”.



Aquí te muestro una la foto del momento en el que descubrieron la placa con su nombre. Su esposo Rodion no podía contener las lágrimas y la gente depositaba flores.



Esta es una bailarina del Bolshoi depositando un ramo.



P-Realmente, debió ser muy emocionante y muy triste al mismo tiempo.


-Si, porque además, Maya antes de morir había dejado todos los detalles de estos actos por escrito de su puño y letra.


P-¿Quieres decir que había previsto lo que se debía hacer cuando ella falleciera?


-No, su muerte fue repentina pero Maya había diseñado como iban a ser las celebraciones de su 90 cumpleaños.


Mira, aquí tengo una foto de sus anotaciones manuscritas.


Celebramos su 90 cumpleaños sin su presencia física, pero con la tranquilidad de saber que murió sin sufrir, sin ser vieja, en el sentido de que a pesar de lo avanzado de su edad era un ser tan especial que nunca llegó a ser anciana.


P-Gracias por mostrarnos estas fotos.


-Ahora que ella ya no está en este mundo, todos los recuerdos, las fotos que tengo de ella se han convertido en objetos de culto. Hay algunas que guardo como un tesoro y que mostraré cuando sea el momento oportuno.

P-¿Fotografías inéditas?

-Sí. Tengo fotografías de Maya bailando danza española y también otras en escenas de “Giselle”.


P-Pensaba que ella nunca bailó “Giselle”...


-No lo hizo sobre los escenarios, pero un día durante una clase yo le pedí que lo bailase y lo hizo.


Tengo tantos recuerdos... Otro de los actos de conmemoración ha sido una exposición de vestidos de Maya en el Bolshoi. Estaban los diseños que le hizo Yves Saint Laurent, Pierre Cardin y Coco Chanel. Esta foto muestra los trajes de “Carmen”, fueron diseñados por el primo de Maya Boris Messerer. En las actuales representaciones ya no se usa el blanco.



-En el centro de la exposición estaba una estatua de Maya, en ¨Carmen¨, del escultor Victor Mitroshin. Yo fui testigo de cuando Victor le presentó el boceto inicial. A Maya no le gustó porque decía que no tenía “temperamento”, tuvo que modificarlo hasta que ella se sintió identificada con la figura.


Fue todo tal y como ella había dejado escrito. Y dejó escrito que la función de celebración debía abrir con la Jota Aragonesa de Glinka.

P-Es curioso, ¿Por qué la Jota de Glinka?

-Porque es muy popular allí, la bailaron 15 parejas. Fue así su deseo, también y en otra señal de su amor a España, anotó: “quiero poner flamenco en mi gala”.


P-Proyectar una gala y no estar... La vida tiene siempre algo inesperado. Me llama mucho la atención, cuando leo el libro de sus memorias lo bien escritas que están. ¿Las escribió realmente ella?

-Sí. Cuando le propusieron escribir sus memoria fuimos a la editora estadounidense y Maya dictó un capítulo o dos para que los fueran confeccionando. Al leer el resultado, nos dimos cuenta de que aquella que describían no era Maya. Ella era de rompe y rasga, no la que allí se reflejaba. Entonces se encontró a Galina Vishneva, la esposa de Rostropovich, y le aconsejó: escríbelo tú. Y así lo hizo.


Hay 1 libro más, pero no está traducido al español, y también hay unas memorias escritas por Rodion Shchedrin, su esposo.


P-¿Los publicarán en España?


-No lo sé. Nos costó catorce años que lo publicaran en español, y fue gracias a que le concedieron el Premio Príncipe de Asturias.


P-¿Escribirás algún día tus recuerdos de Maya?


-Tengo ofertas editoriales para escribir mis vivencias, pero yo las estoy viviendo todavía (ríe)... Me queda mucho por hacer. Yo hago muchas cosas por amor a la danza, simplemente porque pienso que si no las hago yo no se van a hacer y la danza necesita mucho impulso. Y en especial la danza española a la que ella tanto amaba.


P-¿Podrías contarme alguna de esas cosas que haces porque si no, no se harían?


-Por ejemplo, mi apoyo a Sergio Bernal. Y sí te daré una primicia: le han pedido que haga el Albrecht de la “Giselle” y con una de las bailarinas más importantes del mundo.


P-Recuerdo que Gades bailó con Alicia Alonso “Giselle” en el papel de Hilarión. ¿Pero un bailarín de danza española en un papel de ballet clásico?


-Sería la primera vez que esto sucedería en la historia.


Yo que estoy trabajando con Sergio Bernal soy plenamente consciente de que es capaz de hacer lo que nadie pensó que podía hacerse desde la danza española y el flamenco.


(continuará)

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