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Momentos inolvidables con el Ballet Nacional de España en el Teatro Bretón


El Ballet Nacional de España visitó Logroño el pasado 13 de Marzo. Fue una representación llena de emociones.



Sergio Bernal a la vuelta del homenaje a Maya Plisetskaya en el London Coliseum, donde recogió grandes éxitos de público y crítica y arropado por el BNE, nos ofreció con "Bolero" de Rafel Aguilar, la mejor de sus versiones. El talento innato indiscutible, la plasticidad en la perfección de la líneas, el cuidado en el equilibrio de la interpretación narcisista alejada de connotaciones peyorativas, todo ello unido a un momento de madurez y plenitud escénicas que afianzan esas condiciones innatas lograron la entrega de un público entusiasmado.



Los grandes bailarines se “adueñan” de los personajes y los hacen suyos. Esto es lo que también vivimos con Esther Jurado en su interpretación de “Soleá del Mantón” de Blanca del Rey. Su carisma y fuerza en las distancias cortas es arrebatadora.


Esther Jurado, fotografía Stanislav Belyaesvky


Destacar al tiempo el virtuosismo con los palillos de Aloña Alonso en “Ser” (Alento). Cuando se pone el alma al servicio del arte el resultado lo engrandece.


Aloña Alonso en "Alento"

Al finalizar la noche tuvimos la ocasión de intercambiar impresiones con Antonio Najarro, director del BNE. Se siente muy feliz porque las giras están siendo un auténtico éxito con una maravillosa acogida de público. “Es evidente que nuestra danza y nuestros bailarines despiertan interés y allá donde vamos, ya sea España o fuera de ella, la gran expectación suscitada llena los teatros y es motivo de orgullo para toda la compañía”.


El ambiente que rodeó la representación merece ser destacado. En el patio de butacas estaba el propio espíritu de Rafael Aguilar –creador de “Bolero”- presente de la mano de Carmen Salinas –depositaria de su legado artístico– que acudió acompañada de Jacinta Aguilar, hija del maestro. Ambas velan para que su obra siga viva.


Y el viaje… Fue inolvidable. Tuve como compañeras a Gloria Pérez y Maribel Alonso, madres de Joaquín de Luz y Sergio Bernal, una experiencia enriquecedora. Conocer de primera mano el relato sobre las dificultades por las que atraviesa un bailarín, hasta llegar a lo más alto de su carrera y como se disfruta de ese éxito cuando llega, nos hace admirarles mucho más.


Y disfrutar del espectáculo al lado de Ricardo Cue que como bien dijo Mercedes Albi en una entrevista reciente: “Ricardo es sabio, y eso va con él a pesar de que todo el gran potencial de su talento y su inmenso bagaje se malgaste en nuestro país. Y es que Ricardo es un lujo del que no se debería prescindir en nada que tuviera relación con la danza.”; compartir mesa y mantel con Carmen Salinas, Jacinta y a los postres una representación de algunos de los artistas del BNE, todo un honor; y descubrir la faceta de Pablo Egea, bailarín de la compañía, con una guitarra en sus manos amenizándonos la noche fue la guinda de un pastel perfecto.



Un ambiente alegre de compañerismo une a todos los miembros de nuestro Ballet Nacional de España. Gracias por dejarme ser testigo de tan hermosos momentos.


GEMMA ORTEGA



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