El "Homenaje a Antonio Ruiz Soler" del BNE en los Teatros del Canal, ha sido un verdadero fenómeno, la respuesta por parte del público ha sido memorable.
Eran los últimos días de finales de julio y en Madrid, una época en que la gente solo piensa en marcharse de vacaciones lo antes posible... La meteorología no acompaña para nada, pues el calor axifisiante añade un insoportable esfuerzo extra para salir de casa sin que a nadie apetezca ir a lugar alguno. Las entradas en este tiempo son casi imposibles de vender.
En este sentido apuntaba la escasa venta de entradas los días previos, lo cual presagia que el "Homenaje a Antonio Ruiz Soler" sería un espectáculo que pasaría sin pena ni gloria...
Pero sucedió el milagro. Fue todo a partir de la función del estreno. De repente, empezó a venderse todo el aforo, las entradas se agotaron con una sorprendente rapidez, y el cartel de "no hay entradas" se colgó incluso en los días de entre semana. El "Homenaje a Antonio Ruiz Soler" funcionó desde el pistoletado de salida como si se tratase de un cañón.
Ayer domingo la última función fue emocionante, una apoteosis de interminables aplausos.
El Ballet Nacional de España se encuentra en un momento de maduración que debe mantenerse para seguir creciendo. Ha alcanzado, lo que vulgarmente se dice, la cresta de la ola, y es necesario que mantenga su rumbo por el bien de la danza española.
Sergio Bernal y Fran Velasco fueron los más aplaudidos.
Sergio con "Eritaña" comenzó marcando estilo, era una especie de "aquí estoy yo" con esa belleza y señorío que fue "in crescendo" para culminar con una exhibición de virtuosismo en emblemático papel del Molinero en el "Sombrero de tres picos"; y Fran Velasco, lejos del ímpetu del primero, bailó el mejor Zapateado de Sarasate de cuantos lo interpretan, su personal elegancia y dominio técnico propician que la gran sutileza a un taconeo lleno de matices que deja al público con aliento contenido. Todo un "tour de force" que solo lo consiguen los grandes artistas.
La "Fantasía Galaica" fue un claro ejemplo de la madurez alcanzada y cohesionada por el conjunto de todos bailarines, que ya ha fermentado y mejorado desde su estreno durante este año que llevan danzándola, donde la precisión técnica de Eduardo Martínez destacó con luz propia.
Esther Jurado en el Taranto de la Taberna del Toro, confirió su personal estilo a esta pieza que Antonio Ruiz Soler creara para Carmen Rojas.
Inma Salomón hizo un alarde de presencia escénica en el papel de Molinera, mostando las dotes de gran escuela de su danza.
Había que estar allí para verlo y creerlo.
Los milagros suceden pocas veces. Nunca, sin embargo, suceden por casualidad. Son producto de una gran trabajo de todos, desde la dirección (Antonio Najarro y su equipo), los maestros que montarón las piezas del espectáculo (Carmen Rojas, Maribel Gallardo, Cristina Visus y Carlos Vilán), la orquesta y su director (Manuel Coves -que dirigió con su brío característico-), los bailarines, técnicos, empleados del teatro...
Este es el camino... Una senda que tiene como objetivo fundamental recuperar la intensa relación de amor que existe entre la danza española y su público. Un amor que se encontraba un poco maltrecho por el olvido que estaba sufriendo por parte de las instituciones y de los medios de prensa, algo que se está recuperando gracias al nuevo empuje logrado bajo la dirección de Antonio Najarro. La danza española se tiene que ir reconstruyendo cada día, peldaño a peldaño, para restaurar en beneficio de todos este enorme edificio que es sustento de lo mejor de España. Desde el pasado, en el que las coreografías de los maestros antiguos no pueden caer en el olvido, y desde el futuro, en el que los nuevos creadores tienen mucho que impulsar.
Esperamos la próxima cita con el BNE. Será el ballet "Electra"con coreografía de Antonio Ruz, que se estrenará el próximo mes de diciembre en el Teatro de la Zarzuela.
¡¡¡Felices vacaciones a todos!!!
PAOLA PANIZZA
FOTOGRAFÍAS DE CARLOS BELÉN