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Un adiós que es un hasta siempre


Uno de los acontecimientos más emocionantes que se han vivido estos días en la danza, ha sido la despedida del bailarín Joaquín de Luz del New York City Ballet.


El vídeo de su adiós, cuando recibe el afecto de sus compañeros y los aplausos de sus seguidores, se ha hecho viral.


Y es que en NY, en uno de los más importantes escenarios del mundo bailó con su madre, Gloria Pérez, unas sevillanas.


Gloria nos cuenta a su regreso como fue que salió a escena: “le dije a Joaquín que no sabía cómo podía agradecer a sus seguidores ese afecto y admiración que le han brindado desde que llegó a NY… Y era mi deseo darles las gracias de corazón, pero yo no podía porque no hablo inglés. Entonces, él mismo me propuso la idea de que bailáramos una sevillana...


Al principio pensé que iba a quedar muy mal. No puedo ni levantar bien los brazos, pero él me insistió que lo tenía que hacer porque ese era su deseo. Y lo hice, salí a bailar”.


Lo que hay detrás de esa danza de una madre con su hijo es toda una historia que cierra un capítulo muy importante en la vida de Joaquín de Luz.


El azar se mezcla con el esfuerzo en esa intrincada cadena por la que un niño de San Fernando de Henares llega a ser uno de los mejores bailarines del mundo. Porque también es la historia de su madre, Gloria Pérez Pérez, una mujer anónima que luchaba sola día a día para poder sacar adelante a sus dos hijos. Dentro de ella habitaba un sueño que nunca pudo realizar: siempre quiso ser bailarina.


Y ahí está, sobre el escenario del NY City Ballet al fin, en una de esas vueltas insospechadas del destino. Ella, como no tenía con quien dejar a los niños, se los llevaba a clase.


La llamo y, siempre atareada, está paseando a sus perros por las calles de su barrio en un día de lluvia. Me cuenta lo feliz que ha sido en esta gala de despedida, especialmente, por las muestras de verdadero afecto que ha recibido Joaquín como persona, de la gente que se le acercaba y le contaba… Desde un afectuoso trabajador del vestuario hasta la gran Carolina Herrera –que le alabó a Gloria su traje de torera-, y tantos otros. “Si hasta hemos salido en el New York Times”, me cuenta.


Al fondo se pueden ver a dos insignes españoles que asistieron la la despedida de Joaquín de Luz en New York, Víctor Ullate y Ricardo Cue

Gloria está muy orgullosa de sus hijos, tanto de Joaquín como de su hermano Sergio -que es fotógrafo es el autor de las imágenes que abren y cierran este artículo-. Y recuerda feliz los momentos de emoción compartida que han sentido durante la gala de despedida:


“El ambiente era impresionante, había una expectación increíble, nadie en toda la historia del ballet se ha retirado haciendo Tema y variaciones, una pieza tan exigente con 8 tours a l´air, porque se supone que una persona que se retira lo hace porque está en baja forma”


Y surge la pregunta ¿Por qué encontrándose Joaquín en un momento tan brillante se ha retirado?, ella me responde, “Joaquín es una persona muy honrada y las temporadas de la compañía son agotadoras. Tiene casi 43 años, y eso quiere decir que de momento está bien pero no quiere salir a un escenario y no darlo todo. Ha querido despedirse en el mejor momento de su carrera, porque quiere que le recuerden, saltando bailando y con esa sonrisa… Quiere que su sonrisa perdure”.



Hasta siempre, Joaquín de Luz.


MERCEDES ALBI

Fotografías de cabecera y final, Sergio de Luz

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