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Entrevista a Ángel Rodríguez, "Black to say silence"


El coreógrafo Ángel Rodríguez acaba de regresar a Madrid después del montaje de su ballet "Black to say Silence" por el Györi Ballet de Hungría, una obra en dos actos para 17 bailarines, que fue creada en 2012 para Tanz Company de Innsbruck-Austria.

La obra ha sido revisada para la compañía húngara y estrenada como Tributo al Centenario del final de la Primera Guerra Mundial.


Ángel se inspiró en la Guerra Civil Española, y trata de la huella que deja el paso triste de una guerra en el ser humano, un drama que lamentablemente no para de suceder, y por eso podríamos trasladar su historia y mensaje a cualquier guerra. Y escribe estos pensamientos que están impresos en el programa:


"Con la fragilidad de una gota de agua en medio de la lluvia, el ser humano se diluye como papel mojado desapareciendo en las manos de un terrible extraño.


La felicidad se rompe bajo el deseo y afán de poder, sacrificando todo alrededor suyo para sentirse fuerte y dominante.


El silencio se convierte en oscuridad y nos ciega destruyendo nuestros sentidos.


Recordando un pasado en la historia que no se debería olvidar, a pesar de no quererlo recordar.


Intentando superar el sufrimiento de la destrucción construimos esperanza abriéndonos a mundo mejor"


P-¿Qué tal ha ido todo por Hungría?


-Fenomenal. Ha sido muy intenso. Muchas emociones...


P-¿Cómo es este ballet?


-La obra para mí, es un poema, donde se habla del amor y de la vida, y que se desarrolla en una horrible circunstancia como es una guerra.


Todo el proceso de trabajo ha sido precioso y muy enriquecedor. Los bailarines en la compañía han sido generosos y han trabajado muchísimo.



P-¿En cuánto tiempo habéis montando la obra?


-Imagínate que lo hemos hecho solo en un mes y medio, y en ese tiempo hay que hacerlo todo, desde la audición para seleccionar a los bailarines, que lo hicimos nada menos que en dos días y al tercero ya comenzábamos los ensayos...


P-¿Cómo es el Györi Ballet?


-Es una compañía de cerca de 30 bailarines, entre los que escogí pues únicamente necesitaba con 8 mujeres y 9 hombres, el resto aprenderían segundos elencos.


Györ es la ciudad más importante del noroeste de Hungría, capital de condado Györ-Moson-Sopron. Está situada a medio camino entre Budapest y Viena.



P-¿Aprendieron rápido los bailarines?


-Los primeros días de ensayos fueron duros, porque aunque los bailarines son de base clásica, mi lenguaje era muy distinto al que ellos están acostumbrados. Esa primera semana de trabajo hasta se resentían a nivel muscular, teniendo dolores en algunos músculos que ni pensaban que podrían tener...


P-Me imagino lo complicado que resulta llegar a un lugar y tener que montar algo de la nada, porque también la escenografía y el vestuario necesitan su proceso de confección...


-Al mismo tiempo que empezábamos a ensayar, se iba trabajando con la escenografía, realizada por Andrea Kuprian, escenógrafa austriaca.


P-¿Cómo es la escenografía?


-Es un muro móvil de grandes dimensiones, dividido en 2 partes y que los propios bailarines mueven durante la obra, creando diferentes espacios y separando mundos. Este muro era muy importante tenerlo en el estudio para que los bailarines lo pudieran hacer suyo, lo tuvieran siempre presente como elemento importante de la obra y les ayudara también a entender mejor lo que pasaba en cada momento.


Cada día se tenía que montar y desmontar para poderlo usar en el estudio, pues al ser de una tamaño considerable, no podía estar dentro del estudio siempre ya que quitaba mucho espacio para la clase diaria.


P-Habréis trabajado muy duro.


-Sí, pero así como en un principio te enfrentas a tantas dificultades, poco a poco, día a día, semana tras semana, las cosas evolucionan encontrando su forma.


Los bailarines iban cogiendo más confianza e iban haciendo más suyo el movimiento, y los dolores iban desapareciendo.


Después de unas semana de duro trabajo, terminamos de enseñar la obra completa.


P-¿Es gratificante ese momento en que los bailarines ya se saben los pasos de tu coreografía?


-Mucho, porque en ese momento en que lo hemos conseguido es cuando empezamos a profundizar en el significado de cada escena, de contar la historia, de entender cada momento y los porqués de ellos.



P-¿Es un ballet que cuenta una historia?


-Sí, por ello existe una pareja principal, que lleva el peso narrativo. Todo tenía que estar muy claro para que el público entendiera cada paso, y se pudiera dejar llevar entrando desde el principio hasta el final en lo que estaba sucediendo en escena.


P-¿Lograste que el público lo comprendiera?¿Cómo puedes saberlo?


-Es algo que se siente, y también hay personas que te lo cuentan, como un señor del público que me dijo que "todo el mundo tenía que ver esto, los niños y los mayores, estamos todos muy sensibilizados, por lo que la guerra hizo en este país y no se podía encontrar mejor forma para hablar de lo que pasó como tú lo has hecho, lo que hemos visto ha sido algo mágico".


P-¿Lo veremos en España algún día?


-El día 21 de Noviembre la compañía estrena en Budapest. Espero que se pueda ver algún día en España, la compañía está en ello.


P-Pues me encantaría que fuera así, recuerdo cuando me mostraste tus propios dibujos de los figurines ¿Los haces tú mismo?


-Me gusta hacerlos, en mi caso te confieso que ese proceso de concebirlos y dibujarlos me ayuda a visualizar mejor el resultado final. Tuvimos que hacerlos también durante el tiempo de los ensayos.


P-¿Cómo es la música de "Black to say Silence"?


-Es una composición de Fernando Lázaro, un músico español nacido en Albacete, que ha sido el creador de la partitura. Una música con muchísima sensibilidad, llena de matices, y que ayuda a soportar el guión.


Trabajé mucho con él, fue un proceso muy bonito, creativo, de búsqueda y cuyo resultado ha aportado muchas de las cosas que buscaba decir en cada momento.


P-Se nota que estás muy contento con este ballet.


-He vivido momentos muy gratificantes porque cuando estrenas te das cuenta todo los que lo vivimos lo mucho que hemos aprendido mutuamente. Es muy gratificante ver crecer la pieza, y sentirles felices. Todo eso te hace crecer como profesional y como ser humano. Te hace afianzar cada vez más tu forma de trabajo.



P-¿Hay muchos nervios el día del estreno?


-Cuando llega ese anhelado día, lo que me parecía mentira es que se hubiera pasado todo tan rápido. Es fascinante sentir cómo pasa el tiempo cuando disfrutas lo que haces. Parecía que hacía 2 días que conociste a todos los bailarines y ya estabas deseando toi toi toi a todos, y abrazando a cada uno de ellos poniendo plena confianza en lo que habían conseguido durante esas semanas.


El estreno fue increíble, todo el mundo feliz y transmitiendo alegría por lo que se había visto en el escenario. Todos los bailarines me daban las gracias y yo no podía hacer otra cosa que ser quien les agradeciera a ellos de todo corazón su esfuerzo.



P-¿Estás agradecido?


-Muy agradecido a todos, especialmente al director de la compañía, Kiss Janos, por su invitación y confianza en mi trabajo en todo momento, y a todo el equipo que ha hecho posible que salga adelante "Black to Say Silence".


También quiero dar las gracias a Andrea, mi asistente, que a pesar de accidentadas circunstancias, ha estado ahí, a mi lado, entregándose al máximo.


Gracias bailarines porque sois nuestro pincel y nuestros colores, no existiría el cuadro sin todos vosotros.


Mercedes Albi

Fotografías Oros Sandor


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