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Entrevista a Cecilia Rodrigo y a Ana Benavides en la Biblioteca Nacional


Estos días hemos tenido el placer de asistir en la Biblioteca Nacional al acto de inauguración de la exposición titulada “El paisaje acústico de Joaquín Rodrigo” con la que se conmemora el 20 aniversario del maestro.


Walter Clark y Ana Benavides


Los comisarios de la muestra, Ana Benavides y Walter Clark, han realizado una tarea digna de admiración pues han logrado la síntesis de algo que difícilmente se puede abarcar dada la desbordante riqueza creadora y mental de sus protagonistas que lo son tanto el maestro como su esposa, Victoria Camhi.


Y es que la vida de Joaquín Rodrigo (Sagunto, 1902 - Madrid, 1999) es un canto a lo inesperado, al encuentro de una felicidad insospechada, un milagro del genio capaz de convertir a un niño saguntino que había sufrido la terrible desgracia de quedarse ciego a los 3 años, en un compositor de fama universal.


A los 25 años fue a París, logrando ser admitido como alumno de Paul Dukas, y allí conocería a Manuel de Falla y se integraría dentro del selecto grupo de artistas españoles en París. Eran los tiempos en que Antonia Mercé, la Argentina, estrenaba sus ballets, y la efervescencia creativa de música y danza alcanzaba cotas memorables. En estos círculos conoce a Victoria Kamhi, una pianista turca de origen sefardí poseedora de una fina inteligencia y exquisita sensibilidad. Su amor supera la oposición familiar y tras grandes dificultades, se casan en 1935.



Fueron años de penurias para el joven matrimonio que trataba de abrirse camino en una Europa convulsa, cuando deciden regresar a España en 1940. Llegan ligeros de equipaje. Todo lo que poseían cabía en un modesto baúl (una de las piezas de la exposición). Nadie sospechaba entonces que en su interior se escondía un tesoro: la partitura del Concierto de Aranjuez.


A Joaquín Rodrígo, la oscuridad de sus ojos no le impidió vislumbrar la luz de la danza, y ésta llegó a él a través de sus intérpretes, los grandes bailarines de aquel momento: Antonio el Bailarín, Pilar López, Rosella Hightower, José Greco, Juan Magriñá, Vicente Escudero, Eva Borg... Estas fotografías, pertenecientes al archivo de la Fundación Victoria y Joaquín Rodrigo, con que ilustramos la entrevista, son una muestra de ello.


Sus estrechas relaciones con el mundo de la danza tuvieron un impacto muy especial en su hija Cecilia, que se hizo bailarina, cursando su carrera en la Escuela del Royal Ballet y ejerciendo como maestra de ballet en Madrid y Bruselas.


La música de Joaquín Rodrigo es un caudal inagotable y sigue escondiendo, como aquel baúl, una riqueza insospechada. Hay que acercarse a descubrirla y no dejar de visitar la exposición, que estará en la Biblioteca Nacional hasta el día 8 de septiembre.


Cecilia Rodrigo, Walter Clark y Ana Benavides

Converso con la hija del maestro, Cecilia Rodrígo, y la pianista y comisaria de la exposición, Ana Benavides.


-¿Podrías contarnos, Cecilia, qué has sentido al ver la exposición por primera vez?


Cecilia-He sentido una profunda emoción y una sorpresa inmensa. Aunque ya tenía más o menos conocimiento de las piezas procedentes de nuestra Fundación que se exhiben, no sabía nada más... Me lo habían ocultado para que me llevase una gran sorpresa al verlo, como así ha sido.


Nada más entrar en la exposición me impresiona ver en el panel central los trajes cedidos por el Ballet Nacional de España, junto al modesto baulito símbolo de humildad y genialidad, y el manuscrito del concierto de Aranjuez, en posesión de la Biblioteca Nacional.


Estoy emocionada porque el objetivo de la exposición se ha conseguido con creces.


Victoria Camhi y Joaquín Rodrígo con su hija. Benicasim (1943)


-¿Cuál era el objetivo?


Cecilia- Era el dar a conocer no solamente a Joaquín Rodrígo como compositor, sino su lado más humano, donde ocupa un lugar privilegiado mi madre, Victoria Camhi, su personalidad, su universalidad y su versatilidad, que es menos conocida por la mayoría.


Me ha emocionado mucho la lectura de las cartelas que cubren las paredes y que en esta exposición son parte fundamental, he visto a más de algún visitante… llorar…. pero no de pena, sino de sensibilidad. Hay que visitar esta muestra con tranquilidad y tiempo para leerlas con detenimiento.


Puedes imaginarte mi satisfacción y mi alegría, y por encima de todo, mi gratitud hacia quienes han sido responsables de esta magnífica exposición en todos los sentidos.


Joaquín Rodrigo con Héctor Zaraspe, Antonio Ruiz

y el coreógrafo argentino Antonio Truyol (1960)


-¿Cómo pudiste, Ana, resumir unas vidas tan desbordantes de creatividad y talento en unos cuantos paneles?


Ana- Este fue sin duda alguna, el gran reto de esta exposición. Todo un desafío. La personalidad de Rodrigo es inmensa aunque el gran público lo asocie al "Concierto de Aranjuez". No es la primera vez, ni seguro la última, que grandes obras orillan otras sobresalientes en un autor. Era fácil y tentador limitarse a este maravilloso y famosísimo concierto. Pero había que ir mucho más allá.


La nuestra ha sido una carrera de fondo que durante casi cuatro años requirió de inmediato centrar la exposición en seis apartados principales que trataran de dar a conocer las múltiples facetas del hombre y del maestro. Un gran reto, pero a la vez apasionante, pues fue Rodrigo un artista singular, pluridisciplinar y excepcional en todo lo que acometió. En realidad, hay muchos “Rodrigos” en uno, pues además de compositor fue profesor, conferenciante, escritor y crítico musical, asesor de la ONCE y de Radio Nacional, además de esposo y padre. Y Rodrigo, no lo olvidemos, era ciego. Estas otras vertientes constituyen algo a reseñar pues son cualidades que rara vez se dan unidas en una persona. Y no todos conocen estas trayectorias. Había que darlas a conocer al gran público.


Fotografía dedicada a la joven Victoria en París (1930) por Vicente Escudero en su papel de Espectro de "El Amor Brujo"



-¿Qué resaltarías sobre la unión de Joaquín Rodrigo y su esposa Victoria?


Ana- Resaltar la faceta o facetas de uno y otro sería tarea complicada pues seguramente nos dejaríamos muchos aspectos en el tintero. Hay mucho Joaquín Rodrigo y mucha Victoria Kamhi. Sus personalidades no dan para una exposición, sino para muchas. Podríamos decir lo que ya tantas veces dijo el maestro, Victoria fue su todo y sin ella no existiría el Concierto de Aranjuez.


No cabe duda de que se juntaron dos seres absolutamente excepcionales. Victoria era una mujer moderna, culta y con una mentalidad actual y adelantada a su época. Algo que sin duda impactaría al joven valenciano cuando la conoció en París. Fue decisiva en la personalidad y en el quehacer profesional de Rodrigo. Era la suya una relación que surgió por la música y que se cimentó con las muchas dificultades que ambos vivieron tanto en lo personal como en lo profesional. Su relación sobrevivió a todo y a todos. Sin duda el maestro vio en ella a un ser ejemplar, excepcional y que sin duda le aportaba y complementaba mucho. Era la mejor compañera de viaje que podía soñar.


Joaquín Rodrigo con Pilar López y Luis Maravillas ensayando el ballet de Concierto de Aranjuez. Jardines del Palacio, 1952


-¿Cuál es tu opinión sobre la relación del maestro con la danza?


Ana-Un aspecto que a mí me impactó al estudiar la personalidad de Rodrigo fue su capacidad para visionar interiormente el ballet o el cine. Es algo sorprendente como ciego que era, pero como decía Gerardo Diego, "el paisaje puede contemplarse con los oídos", y para ello Rodrigo contaba con los ojos que su esposa e hija le prestaban.


Rodrigo fue un artista valiente, rompedor y audaz como pocos. Se atrevió a escribir un concierto para guitarra y orquesta y muchos desconfiaron de la empresa. Y ahí tenemos el Concierto de Aranjuez. Pero Rodrigo fue siempre fiel a sí mismo, timoneó su propia nave y jamás se amedrentó ante las contrariedades.


Ballet de Pilar Lopez. Ensayo del Concierto de Aranjuez. Pilar López

(en el centro de los bailarines). A la derecha: Joaquín Rodrigo


-¿Crees que pudo disfrutar de la danza?


Pienso que fue Rodrigo un buen degustador de la danza española. No olvidemos que fue profesor de folklore en el Conservatorio de Madrid en 1939. Aunque sinceramente, yo creo que su relación con la danza vendría sin duda alimentada por su esposa.


La colaboración conjunta del matrimonio fue fundamental. Participó Victoria de forma activa como libretista en diversos ballets de su esposo. Una de las colaboraciones más relevantes es la “Pavana Real” (cuyo cartel del estreno podemos contemplar en la exposición de la BNE). Estrenada con rotundo éxito en el Liceo de Barcelona el 17 de diciembre de 1955, lleva textos de Victoria. También, el matrimonio colaboró conjuntamente para el ballet “Juana y los caldereros”, un ballet inédito con libreto de ella e inspirado en un sainete de Ramón de la Cruz (que podemos contemplar en la exposición). Victoria tuvo ocasión de disfrutar en París de artistas como Antonia Mercé, lo que al parecer, inspiraría este ballet.


Ballet del Concierto de Aranjuez. Joaquín Rodrigo con el guitarrista Luis Maravillas,

Pilar López y varios bailarines. (1952)


-¿Qué opinas, Cecilia, sobre la relación de tus padres con la danza?


Cecilia-Desde siempre fueron amigos de mis padres las grandes figuras de su tiempo, a quienes dedicó obras como a Jose Greco, Jose de Udaeta y otros, y claro, Mariemma, Pilar Lopez, y tantos otros.

A mis padres siempre les atrajo mucho el ballet, tal vez influyera ese gusto en mi futura carrera, y ademas de los ballets propiamente escritos para la danza como “Pavana Real”, en sus obras de escena siempre hay ballet, como en la comedia lírica “El hijo fingido” o “La destrucción de Sagunto”. Lo cual es digno de reseñar tratándose de un compositor ciego.


Y bueno, el ballet “Juana y los cadereros” es una partitura compuesta para danza española todavía inédita. Desde aquí hago un llamamiento a los coreógrafos y compañías que quieran conocer estas músicas.


Ballet Pavana Real. Liceo de Barcelona (1956)


- Una de las coreografías más famosa que se ha hecho con música de Joaquín Rodrigo es “El concierto de Aranjez” de Pilar López ¿Qué opinais de ello?


Cecilia- Pienso que Pilar López abrió el camino en 1952 para que los coreógrafos se fijasen en la música de Joaquín Rodrigo, fue pionera en abrir un campo que ha seguido sustentando magníficamente artistas de la danza de todos de todos los estilos.


Fotografía dedicada de Lucero Tena

Ana- En la exposición se puede contemplar una pareja de los trajes empleados en la coreografía posterior del Aranjuez y cedidos para la exposición por el Ballet Nacional. Vaya desde aquí mi sincero agradecimiento.


Fotografía dedicada de José Greco


-¿Qué ejemplos de ballets que ya son historia, además del Concierto de Aranjuez, me podrías citar que hayan utilizado la música del maestro?


Ana- Por ejemplo, fue el 12 de julio de 1967 que se representaría en los Festivales de España la “Fantasia para un Gentilhombre”, con Nini Stucky y Juan Giuliano y con coreografía del mismo Juan Giuliano. Un documento curioso que se conserva en la Fundación Victoria y Joaquín Rodrigo es un programa del ballet de la “Fantasía para un gentilhombre”, que se bailó en un homenaje a los Príncipes de Mónaco en la Fiesta Nacional del Principado, y que tuvo lugar el 19 de noviembre de 1967. Contó con la coreografía y baile de Juan Giuliano, con Magdalena Popa como primera bailarina y Turibio Santos a la guitarra, y con la Orquesta Nacional de la Ópera de Montecarlo dirigida por André Presser.


Por otra parte, Rodrigo dedicó a la bailarina Manuela del Río, primera bailarina de la Ópera de Barcelona en 1935, sus “Caleseras” para piano (Cuatro danzas de España). Además los Rodrigo tuvieron una relación estrecha con la bailarina y concertista de castañuelas Lucero Tena, a quien verían bailar con frecuencia en el Corral de la Morería. A ella dedicaría Rodrigo sus “Dos danzas españolas” en 1966.


Gracias ti, Mercedes, y a tu estupenda web, sabemos, por ejemplo, que el matrimonio Rodrigo asistió con la bailarina Eva Borg y con la pintora Monique Lancelot al estreno de la primera compañía de ballet clásico en España, fundada por ambas, el 23 de julio de 1977, en el Teatro Romano de Sagunto. Conformado por bailarines españoles, fue el de Sagunto un sentido homenaje al maestro.


Fotografía dedicada de Imperio Argentina


Como ves, son muchos los lazos con la danza y no creo que fuera por casualidad que Cecilia, su hija, se dedicase al ballet, cursando su carrera en la Escuela del Royal Ballet y ejerciendo como maestra de ballet en Madrid y Bruselas.


Fotografía dedicada de Antonio, El Bailarín


-Han sido muchos los coreógrafos actuales que se inspiraron en la música de Rodrígo como Nacho Duato, Ramón Oller, Ricardo Cue, Carlos Vilán, Rubén Olmo, por citar unos pocos, ¿Hay nuevas creaciones?


Cecilia-Siempre se va todo renovando y a todos aquellos que hacen que la música de mi padre esté sobre los escenarios, les estoy agradecida. Me alegra mucho poder disfrutar del trabajo de tantos artistas que día a día siguen elaborando obras interesantísimas, como hace unos días se estrenó en el Teatro Colón de Coruña el ballet “Maestro Rodrígo”, con coreografía de Mercedes Suarez y Keneth Tindall.




-¿Cómo es este nuevo ballet?


Cecilia-Es una historia de superación, es la vida de mi padre. El ballet recorre parte de su vida desde su niñez a su paso por Francia y el regreso a España en 1939. Es una narración ilustrada por medio de la danza con numerosos fragmentos de su música.

Figurín del ballet de Ramón Oller ³Los ojos del alma, representado en Nueva York por el Ballet Hispánico, en 2001


- Lo que parece mentira es que todavía haya música casi por descubrir, como la partitura para un ballet de danza española que titularon “Juana y los Caldereros” y que ocupa un lugar destacado en esta exposición.


Cecilia-Es uno de los capítulos más intensos de colaboración entre mis padres, que podemos además admirar en esta vitrina dedicada a “Juana y los Caldereros”, pues junto a los manuscritos del compositor y de su esposa como libretista, está nada menos que el libro histórico que contiene el sainete y que alberga la Bibilioteca Nacional... Debemos subrayar que este ballet no se ha estrenado todavía y bien merecería la pena que por fin viera la luz, por la calidad de su música y precisamente ahora que conmemoramos el aniversario de su fallecimiento. Dirijo un SOS a nuestros magníficos coreógrafos.


Por otra parte, como novedad, te adelanto que se presenta el manuscrito de otra obra que no ha sido estrenada todavía, pero que ésta sí, se estrenará en Ecuador en julio de 2019. Se trata de un oratorio inacabado,” La Azucena de Quito”, basado en la vida de una santa del S. XVII, que gustaba de tocar la guitarra, y se cumplen 400 años de su muerte. Ambas obras pertenecen a la década de los 50 en que mis padres dedicaron una gran parte de su labor creativa a la escena.


También como novedad, ve la luz la reciente publicación “Joaquín Rodrigo a través de sus escritos”, que nos presenta un Joaquín Rodrigo literato, además de músico.


-Realmente, el maestro y su esposa son dos figuras tan inabarcables en muchos aspectos que cualquier artista que acuda a visitar la exposición encontrará un enorme campo de inspiración, y creo que la gente disfrutará mucho al conocer su lado más humano.


Mercedes Albi

Fotografías archivo Fundación Victoria y Joaquín Rodrigo

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