Un día especial, histórico y emocionante, ha tenido lugar hoy en la sede de la Compañía Nacional de Danza.
Hace cien años que tuvo lugar el estreno en el Teatro Alhambra de Londres, con la compañía de los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev, de este ballet coreografiado por Leonide Massine y que fue inspirado por las vivencias que cosecharon en España durante los años en que nuestro país les sirvió de refugio en medio de las contiendas que asolaban Europa durante la Primera Guerra Mundial.
El propio hijo de Leonide Massine, cuyo nombre de pila es de clara reminiscencia española: Lorca Massine, ha venido a montar la obra invitado por José Carlos Martínez, director de la CND.
Lorca es el mayor conocedor del patrimonio coreográfico de su padre, y esta coreografía la ha asimilado desde la infancia, la ha bailado y forma parte de él mismo.
Lorca y José Carlos se conocieron en la Ópera de París cuando éste interpretó el papel del Molinero en “El Sombrero de tres picos” (1992); y unos años más tarde Lorca volvió a llamarlo para interpretar el papel en el Teatro Bolshoi (1995).
Aída Badía fue una Molinera llena de gracia, con esa elegancia tan delicada con la que seguro seducirá al público del Festival de Granada, donde en unos días se estrena este clásico.
En el papel del atractivo Molinero, un elegante Ion Aguirretxe.
Y en el del Corregidor, Jesús Florencio Aragón, que desplegó una magnífica bis cómica en un papel que ya conoce pues lo bailó en el Ballet Nacional de España.
Pero como advirtió José Carlos, este ballet es ruso, una recreación de arte español que no tiene que ver con las versiones posteriores, especialmente la de Antonio El bailarín, que sí se han estrenado en España.
Lorca ve en esta producción ese fuego interior que siente en el alma del bailarín latino, incluso considera que también lo poseía su padre, a pesar de nacer en Rusia.
Está muy feliz en nuestro país y quiere destacar el hito artístico en el terreno coreográfico que supuso el Sombrero en 1919, pues introdujo la geometricidad y el ángulo, algo innovador que marcó nuevos caminos.
Es un ballet heredero del cubismo en muchos sentidos, máxime cuando los diseños del vestuario fueron hechos por Picasso, que junto con la música de Falla, ofrecen un sustrato artístico que solo se produce en pocos momentos de la historia.
Los decorados y el vestuario proceden del Ballet Nacional de España, algún vestido se ha tenido que arreglar y alguno se ha confeccionado de nuevo, eso sí, con absoluta lealtad a los originales.
En el Festival de Granada, la CND va a interpretar un triple programa: "Sonatas" de José Carlos Martínez, "Por vos muero" de Nacho Duato y este "Sombrero de Tres Picos" de Leonide Massine.
El ensayo ha sido un privilegio, toda una explosión artística de forma y expresividad.
La acentuada teatralidad de la más refinada de las pantomimas que se ha representado en el ballet del siglo XX es todo un acierto cuya incorporación cierra la magnífica gestión de José Carlos Martínez.
Todo el trabajo realizado siempre queda, pronto será Joaquín de Luz quien tome el relevo, y José Carlos le ofrece como regalo esta producción, destacando además que Joaquín ha expresado su deseo de difundir la música española.
Mucho es lo logrado, mucho es el enorme patrimonio cultural que poseemos y se tiene que difundir. El camino es largo, pero hermoso y estimulante.
La danza es vida presente en la que se recrea un fértil pasado.
Las cosas del ayer que el tiempo depura y nos siguen haciendo vibrar.
No podemos dejar de agradecer a nuestros magníficos artistas los hermosos momentos que nos regalaron.
Algo contagioso para todos los que pudimos verlos con la certeza de que en Granada será algo espectacular.
Paola Panizza
Fotografías Gabriel M. Olivares