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Calurosa acogida de Academia de las Artes y el Folclore de Aragón en el Casino de Madrid



El pasado miercoles, en el Real Casino de Madrid, dentro de la Tertulia de Teatro y Danza, dirigida por María Eugenia Montero, tuvo lugar un evento muy especial en torno a la jota aragonesa.

 

Y es que siempre es muy grato dejarse llevar por un tándem como el que conforman Carmelo Artiaga, Presidente de la Academia de las Artes del Folclore y la Jota de Aragón, y la pianista Marta Vela.


Carmelo Artiaga y Marta Vela

Carmelo es la pasión y Marta, la ensoñación, una mezcla de tierra y nubes que componen su particular universo.

 

Fue toda una sorpresa cuando a la entrada me encontré con Carmelo y me dijo “estoy esperando a la consejera”.


Tomasa Hernández y su jefe de Gabinete son recibidos por los organizadores del evento

Y en el salón de El Torito apareció Tomasa Hernández Martín, C𝘰𝘯𝘴𝘦𝘫𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘌𝘥𝘶𝘤𝘢𝘤𝘪ó𝘯, 𝘊𝘶𝘭𝘵𝘶𝘳𝘢 𝘺 𝘋𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘦 𝘥𝘦𝘭 𝘎𝘰𝘣𝘪𝘦𝘳𝘯𝘰 𝘥𝘦 𝘈𝘳𝘢𝘨ó𝘯, acompañada de su jefe de gabinete, 𝗜𝘀𝗺𝗮𝗲𝗹 𝗝𝗼𝗿𝗰𝗮𝗻𝗼 𝗣é𝗿𝗲z.

 

La consejera, persona afabilísima, no reparó esfuerzo alguno en viajar desde Zaragoza para el acto, a fin de mostrar su apoyo.


Alberto Portillo, Carmelo Artiaga y Tomasa Hernández

Y es que algo tiene la jota aragonesa que la hace muy especial. No existe una comunidad, entre las tantas que habitan en Madrid procedentes de todos los rincones de España, con un sentimiento aglutinador tan potente. Es un hecho que, cuando se organiza algo en la capital, acuden muchísimos aragoneses que contagian su emoción de una forma tan honda como no he visto que suceda con gentes de otra procedencia. ¿De dónde nace esa diferencia? Del sustrato que los une y los convoca: la jota aragonesa.



Los aragoneses son afortunados de tener la jota y de vivir la jota. Hay algo visceral que los diferencia del resto. Son afortunados de ser portadores de un sello cultural identitario, y aunque se hayan ido lejos (como se atestigua con las numerosas casas regionales que existen por todo el mundo), la jota trasciende fronteras y generaciones,  se baila y se canta transmitiéndose de padres a hijos desde tiempos remotos. Es el ADN de un pueblo.


Asistentes a la conferencia

La jota aragonesa hermana con las danzas celtas y sus saltos, también asimila las castañuelas íberas. La danza es un lenguaje remoto que posee sus rasgos, sus ramas y sus "hijos", las once comunidades que se han unido a la aragonesa y han propuesto el reconocimiento de la Jota como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.


La conferencia estuvo arropada por numerosas autoridades, como la diputado del Congreso, Luis María Beamonte Mesa, junto con otros miembros del Consejo directivo de la Academia: Juan Labrador, vicepresidente por Zaragoza y secretario; Juan Villalba, vicepresidente por Teruel; Natividad Brivián, vocal; y Elena Usán Gaspar, presidenta de la Casa de Aragón en Madrid; y representantes de la Peña El Cachirulo, así como personalidades relevantes como Eugenia Eiriz, directora de la Compañía Antonio Gades, el maestro Alberto Portillo, quien bailó por primera vez la jota sobre el escenario del Covent Garden (1950), siendo portada de ABC; el teniente coronel retirado Ramón Pardo de Santayaña, el general Rafael Colomer Martínez del Peral; y escritores como el historiador Luis Español Bouché y un largo etcétera.


Alberto Portillo y Maria Fernanda Montes bailando la jota en Covent Garden

El salón de El Torito estaba tan repleto que hasta se tuvo que ocupar como asiento la banqueta del piano, donde Marta Vela interpretó varias piezas.

 

Carmelo Artiaga, que tiene unas capacidades organizativas extraordinarias, expuso como surge la Academia desde la nada hasta convertirse en este motor imparable y rebosante de actividades. Su principal objetivo ha sido “poner la jota en valor” para traspasar el testigo a las nuevas generaciones. Era necesario alejar la jota aragonesa de falsos tópicos, incluso de absurdas politizaciones, pues hubo quienes osaron afirmar que “el folclore era de izquierdas y la jota de derechas”.  

En cualquier arte siempre hay que diferenciar lo que es esencial de lo circunstancial, y la jota es esencia.
Marta Vela

Marta Vela compartió con los asistentes sus valiosas investigaciones recogidas en varios libros como La Nueva Jota Aragonesa, donde narra el papel que tuvo el compositor alagonés Florencio Lahoz, quien vino a Madrid “con una mano delante y otra detrás” pero con una partitura destinada a la fama internacional, un éxito arrollador en la sociedad isabelina que se irradió al plano internacional con personajes como Pauline G. Viardot, Franz Liszt…

 

Sus investigaciones son un cuerpo vivo, y nuevas ideas surgen de

Marta Vela

continuo. Las ilustró interpretando piezas al piano con gran sensibilidad, centradas en contextualizar la partitura de Iradier dentro del marco del belcantismo, incluso de la influencia del célebre leitmotiv wagneriano de Tristan e Isolda en el tema de la Molinera en la jota del Sombrero de Tres Picos de Manuel de Falla.

 

El colofón musical lo puso el esposo de la Presidenta de la Casa de Aragón, Fernando Martínez, a quien se le pidió que entonase una jota.

 

Marta Vela reveló alguna pista sobre sus nuevos descubrimientos en torno a la jota aragonesa, como es el reciente hallazgo  de una partitura en la Biblioteca Nacional de Francia, en el que se titula a la jota aragonesa de Himno de España.

 

Lo cierto es que la jota se lleva en el corazón, y no puedo dejar de recordar una anécdota protagonizada por mi bisabuelo turolense, Joaquín Ibáñez, nacido en Perales de Alfambra, recogida por Enrique Arqués en su libro “Diario de un Cautivo”, cuando él y otros españoles durante la Guerra de Marruecos, en 1907, cayeron prisioneros de los rifeños, y mi bisabuelo entonaba la jota para darles ánimos:

 

<<Cuando todos los gestos eran torvos y todas las manos apretaban con furia los fusiles, nuestro “moro” Joaquín, aragonés en cada momento de su vida, lanzó a los aires de la noche triste, con lo más brioso y valiente de su voz, el cantar de la jota. Y fue en el silencio de los campos desérticos, como la última oración de ese día.>>


María Eugenia Montero agradece el obsequio de la Academia

Y es que la jota es España, pues tal y como afirmó en el cierre del emotivo acto, la consejera Tomasa Hernández citando a Joaquín Costa: “soy doblemente español, pues además de español, soy aragonés”.

 

MERCEDES ALBI 

 

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