Cuando un espectáculo se materializa, no se suele ser espectador del milagroso proceso embrionario que se va forjando desde la abstracción de una idea hasta su culminación. Y es algo tan vivo, contiene tanto esfuerzo, muchas horas de ensayo, un sin fin de detalles... que es todo un privilegio poder compartir algunos estos instantes con sus protagonistas. En este momento son los jóvenes bailaores Gabriel Matías y Manuel Jiménez, que se disponen a estrenar “Negro y blanco, Flamenco” el próximo 26 de junio en el Gran Teatro de Córdoba.
Están ensayando en el estudio de Laura Rozalén, donde Eduardo Leal, como coreógrafo invitado, se encarga de montarles los pasos que cierran la obra. Un magnífico equilibrio entre dos bailaores que son símbolo y claros representantes de la nueva generación flamenca emergente.
Manuel y Gabriel han sido muy aplaudidos y galardonados:. Actualmente, Manuel forma parte del elenco del Ballet Flamenco Andaluz y hace poco obtuvo el Primer Premio del Tablao Villa Rosa, así como el Premio Mención del Público; Gabriel ganó el Primer Premio al Mejor Solista en el Festival de Jerez (2019). Sus carreras estaban en plena expansión cuando de repente les sorprendió el tsunami del confinamiento. Sus sueños parecieron quebrarse. "Llegué a pensar que tanto esfuerzo no había valido la pena", me confiesa Gabriel.
Y se encontraron.
Fue en la sala de ensayos del Conservatorio Superior María de Ávila, cuando no sabían qué hacer, ni como afrontar la falta de trabajo en los tiempos de pandemia, que decidieron bailar algo juntos.
Dos mundos, dos orillas que se unen: un cordobés y un brasileño.
"Nosotros queremos reflejar la diferencia que hay entre nosotros y lo que nos enriquece, lo reflejamos en nuestra pieza con los ritos de Ioruba, el changó, esa danza del otro lado del mar que contiene un significado mágico", afirma Manuel Jiménez.
Le pregunto cómo se hizo bailaor y me cuenta:
Manuel.-Empecé a bailar fascinado por mi abuelo cantaor, que cuando se tomaba más de un medio se arrancaba a bailar.
P-¿Era artista profesional?
Manuel.-No lo era porque le daban fobia los escenarios. Solo cantaba en fiesta, algo que yo he vivido y sentido desde niño. Y como yo era hiperactivo, mi madre me llevó al psicólogo y le recomendaron que hiciese actividad física. Me apuntaron al baile.
P-¿Por qué habéis escogido a Eduardo Leal para que os monte el final de la coreografía?
Manuel.- Lo he admirado desde chico, me gusta mucho su forma de bailar, ya que lo hace tal y como es como persona, muy auténtico, un hombre por derecho, con una ideas claras y una forma muy flamenca dentro de la actualización vanguardista de hoy en día.
P-¿Cuál es la razón por la que habéis hecho Gabriel y tú este espectáculo juntos?
Manuel.-Refleja nuestra historia personal. Verás cuando le conocí, yo venía de Córdoba, que era un mundo más cerrado del que encontré en Madrid. Entonces, al ver a un brasileño que bailaba flamenco tan bien, me parecía mentira, algo que no encajaba en mi mente. Si hasta tuve el impulso de cogerle manía, que naturalmente, se fue transformando en un sentimiento completamente contrario que nos une ahora, de afinidad artística y mutuo enriquecimiento.
Y es que Gabriel Matías nació en Porto Alegre (Brasil), eso lo hace especial, aunque realmente lo es. Lo son ambos, pues me cuentan que Manuel Jiménez, sobre el escenario, tiene estrella. "¿Qué es estrella?", pregunté, a lo que me respondieron: "luz. Un brillo que se tiene porque sí y él lo tiene"; Gabriel, a su vez, posee como una rara dulzura que le hace parecer un ser de otro planeta, aunque solo vino de más allá del mar. Su flamenco es tan elegante, sus movimientos son tan fluidos y armoniosos, que me hacen caer en la cuenta de que se trata de un ángel, y si Manuel tiene estrella, Gabriel es el ángel que la habita.
P.-¿Cómo es que te hiciste bailaor flamenco en Brasil?
Gabriel-Empecé a bailar por casualidad, porque mi madre iba a la academia de danza y había un tablao en la escuela, y lo sigue habiendo. Así que empecé a estudiar flamenco que era lo que me gustaba. También comencé a sentir que yo lo que quería era estar sobre el escenario.
P.-¿Qué edad tenías?
Gabriel.-Once años. Un día decidí venirme a España para seguir mi vocación y llevo ya 6 años. Me apunté al Conservatorio Superior, donde conocí a Manuel, y comencé mi etapa profesional. Pero no me desvinculo de mi país y todos los años, antes de la pandemia, solía viajar y hacer alguna actuación flamenca o gira.
P.-¿Con qué compañías has trabajado en España?
Gabriel.- Con Antonio Canales, que hicimos Torero y Bernarda Alba, luego con Javier Latorre y Rafaela Carrasco, con la que estoy actualmente.
P.-¿Se te han abierto muchas puertas al obtener el Premio en el Festival de Jerez?
Gabriel.-Fue un gran estímulo, además me dieron la oportunidad de presentar un espectáculo, y estrené "Ellos" en el pasado Festival de Jerez.
El ritmo del zapateado que les marca Edu envuelve los momentos que poco a poco van hilando futuras ilusiones. El Gran Teatro de Córdoba les espera. Les dejo, ellos siguen ensayando. Copio unos versos que ha escrito Gabriel en su página Web:
<<Me perseguís y os persigo por donde vaya
-¿Hacia dónde vamos?-
Quizás un día logre conocer mi propia esencia o quizás no.
Pero lo cierto es que siempre estaréis presentes...
Bailo porque me dais vida>>
MERCEDES ALBI
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