El próximo 16 de noviembre se cumplen 20 años del fallecimiento del inolvidable Pedro Azorín, a quien se considera por sobrados méritos como el gran maestro de la Jota Aragonesa.
Sus alumnos son innumerables y es palpable el cariño que se le sigue teniendo. Una misa baturra tendrá lugar en su honor el 19 de noviembre a las 19 horas en la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar, los congregará a todos. Promete ser un acto muy emotivo en el que participarán excelentes voces venidas expresamente desde Zaragoza, así como la rondalla del Ballet Folklorico de Madrid.
Su hija Pilar Azorín, nos cuenta cómo se siente y comparte con nosotros unas preciosas fotografías del gran artista de la Jota al que nadie olvida.
“-Este es mi padre”- dice mostrando el retrato al óleo que preside el salón de su casa -“aquí lo tenemos”…
-¿Habéis recibido estos días muchas muestras de cariño en recuerdo de vuestro padre?
-Realmente, al tratarse simplemente de un Funeral, no hemos recibido expresamente muestras de cariño, lo que sí ha sucedido es que mucha gente ha empezado a compartir en redes sociales la celebración de la misa baturra, pero muestras de cariño... te soy sincera: no hemos dejado de recibirlas en todo momento, desde siempre, era tan querido que nadie ha dicho de él jamás ni una sola palabra.
-¿Cuál crees que es el secreto de que sea tan recordado?
-Su amor por lo que hacía. Le encantaba dar sus clases de jota, él tenía una camarilla de alumnos joteros que siempre le recordarán. Mi padre disfrutaba mucho enseñando, transmitía todo lo que sabía, hasta sus trucos y su gran estilo.
-¿Dónde residía su ilusión?
-El incentivo vital de mi padre, su motor, era aquel contacto que entablaba con sus alumnos y al mismo tiempo el cariño que de ellos recibía. Era una gozada asistir a sus clases. Enseñaba jotas de repertorio pero nos podía esta enseñando a la vez una jota que estaba montando para un escenario.
-¿Cuál es la procedencia de su amor por la jota?
-Aunque nació en Yecla (Murcia), siendo solo de un mes a mi abuelo que era guardia civil, lo destinaron a Canfranc (Huesca), allí vivió algunos años hasta que se establecieron en Huesca donde entró a formar parte del Coro de los Infanticos de la catedral con siete u ocho años. Desde pequeño la ha "mamao·, toda su vida está dedicada a la jota.
-Y, ¿Cuándo empezó a bailar?
-En la adolescencia le cambió la voz y empezó a bailarla, aunque siempre ha seguido cantando muy bien, imagínate que en sus clases no utilizaba a penas el CD sino que cantaba el mismo sus jotas.
Al verle bailar, sus profesores quedaron encantados, pensaron que bailaba mucho mejor que cantaba, y ese fue el comienzo.
-¿Cómo fue que se instaló en Madrid?
-Vino a bailar con el grupo de Huesca a la Feria del Campo, y a los directivos de la Casa de Aragón les encantó, y como resulta que querían montar un cuadro de jota, le pidieron que se viniera a Madrid a dar clases.
-¿Qué pensaron tus abuelos?
-Pues imagínate, le dijeron que querían que hiciese algo como más serio que bailar, pero a pesar de que se oponían él, con solo 19 años, se vino.
-¿Qué hizo entonces?
-Formó el Cuadro de Jota de la Casa de Aragón. Resulta que en aquellos tiempos se celebraban concursos entre las diferentes casas regionales, y siempre ganaban el primer premio.
-¿Cómo se hizo tan famoso?
Entonces, poco a poco se corrió la voz y la bailarina María Magdalena, acudió a la Casa de Aragón. Sabes que las bailarinas un poquito punteras hacían una presentación escénica para darse a conocer, en la suya mi padre bailó con ella. Muchos profesionales le vieron, quisieron recibir sus clases y es cuando ya entró en Amor de Dios, así empezó toda la historia.
-Es como una especie de efecto multiplicador, desde aquel niño que canta en el coro de los infanticos hasta que los grandísimos profesionales de la danza española a quienes enseña y bailan sus coreografías por el mundo. Pero no solo españoles, sino que también inspiró a Igor Moiseyev en su célebre jota ¿Qué sabes sobre ello?
-Sí, lo se muy bien. Cuando el Ballet de María Rosa fue de gira por Rusia, Moiseyev les vió bailar la jota y le encantó. Entonces, le pidió a mi padre que le enseñase una serie de pasos que le sirvieron de base para crear la famosísima coreografía con música de Glinka, que figura en el repertorio de sus ballets, incluso ha sido recientemente bailada por el Bolshoi.
-¿Conociste a Moiseyev?
-Sí, éramos muy pequeñas mi hermana y yo, pero recuerdo ir a ver su compañía al Palacio de los Deportes porque siempre que venían a Madrid nos invitaban, y, por supuesto, reconocíamos los pasos de jota que le había enseñado mi padre.
-Mil gracias por mostrarme estas fotografías, se nota que tu padre fue un hombre muy feliz.
-Sí lo fue y mucho, hasta que cogió aquella terrible enfermedad, siempre lo fue.
-Os deseo que el funeral sea muy emotivo, seguro que tu padre así lo sentirá así desde el cielo.
-Te confieso que organizarlo ha sido idea de mi madre, porque a mi hermana y a mi nos nos remueve el dolor de su ausencia.
Demasiados recuerdos.
MERCEDES ALBI
Gran maestro, gran persona, fue un padre para muchos de sus alumnos, entonces sobre el funeral no hay nada reseñable más allá de cariño, cariño y cariño hacia él, lo cual agradecemos muchísimo.
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