Chevi Muraday da un paso más en la confluencia de movimiento y voz. El coreógrafo y bailarín continúa con su viaje en que donde sin llegar a salirse de la danza da unos pequeños pasos en el teatro con 'En el desierto' (Naves del Matadero de Madrid; hasta el 26 de octubre).
Al baile y la música vuelve a sumar Muraday la palabra, procedente en esta ocasión de de textos escritos por Guillermo Clua y Pablo Messiez. Con ellos comparten este interesante experimento los integrantes de la compañía del Premio Nacional de Danza, Losdedae, y un grupo de actores, entre los que se encuentran veteranos de los escenarios teatrales como Ernesto Alterio y Maru Valdivielsio.

La obra reúne a siete personajes que no se sabe muy bien hace donde van ni quiénes son exactamente. Inspirados en algunos de los clásicos de la literatura universal, desde Don Quijote a Gregor Samsa, son unos seres que transitan por unos espacios donde para muchos aparentemente no hay lugar para la vida, lo que ellos desmienten con la unión de sus movimientos y sus palabras.
Pero el trabajo no se queda ahí. La obra quiere mostrar la situación de la cultura en España, a la que se la empuja cada vez más hacia el desierto. “Estamos viviendo en una sociedad de expulsados. Nos expulsan de nuestros lugares de origen, de nuestras casas y nos obligan a abandonar nuestro país o los teatros” asegura Muraday, que no quiere oír hablar de transigir ante semejante estado. “En el desierto hay oasis y semillas por germinar. No nos resignamos a que las dunas lo invadan todo”, clama ante un panorama tan oscuro y ante el que el “conformarse” es lo último que hay que, y él está dispuesto a hacer.

Una forma de enfrentarse a esa situación es 'En el desierto', una propuesta que nació de forma casual. Fue en la Nochevieja pasada, durante la celebración del cambio de año, Muraday y Alterio, cuando Muraday y Alterio conectaron. Ambos se conocían de la Escuela de Cristina Rota, pero no habían trabajado juntos. Ese día decidieron hacerlo, para lo que el actor se unió a las improvisaciones que Losdedae y otros artistas empezaron el pasado enero. De esos encuentros surgieron los materiales que posteriormente Clua ensambló para los escenarios. Y que hablan de que en el desierto hay mucha vida y creación a pesar de que todo anime a no hacer nada.

De una forma muy poética eso existe en la pieza, nos empujan hacia un desierto en el cual no creo. Al contrario, creo que hay mucho por germinar todavía y mucho que hacer.
CARLOS GALLEGO