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"Bosque Ardora" de Rocío Molina en Madrid en Danza

En la Sala Verde de los Teatros del Canal Rocío Molina presenta “Bosque Ardora”. El aforo está al completo. Es mucha la espectación que genera su nuevo trabajo, Es una obra muy meditada en la que la artista ha estado inmesa durnte dos años antes de sacarla a la luz con gran éxito en la Bienal de Lyon.

“Bosque Ardora” no es un espectáculo apto para puristas, es un coctel de sensaciones sustentadas sobre una firme base flamenca. Es una obra novedosa, original con una gran teatralidad que mantiene interesado al espectador del principio al fin.

Rocío Molina aparece acompañada por dos bailaores y cuatro músicos. Ella es el eje de la obra. Es una mujer a caballo acompañada de una jauría de perros por un bosque misterioso… Ella es amazona, cazadora, pero animal acechado al mismo tiempo. Persigue, huye, se rinde y finalmente vence. La acción transcurre en u intervvalo temporal concreto, las horas del día que transcurren entre el alba y la noche.

Su personalísimo baile es conmovedor, magnético, muy expresivo y plástico. Sus zapateados son impresionantes, rítmicos, agresivos; sus giros virtuosos, y sus contorsiones en pico... Toda ella habla, sus manos y brazos, incluso sus dedos nos dicen cosas.

El paso a dos de Rocío con el bailaor Eduardo Guerrero conmueve por su intensidad muy intenso, acompañada por la sensualidad de la música de trombones, que le da un toque rupturista e innovador. Eduardo -que como curiosidad señalaré que es hermano de La Moneta- derrocha arte y buen hacer, así como Fernando Jiménez con su baile intenso y de muchísima transmisión, que merece el calificativo de danza de “alto voltaje”.

La coreografía creada por Rocío Molina es muy enérgica, y junto al flamenco contiene elementos de otras danzas como Buthot, bailes orientales y estilo contemporáneo.

Rocío ha contado en la dirección musical con la ayuda de Rosario la Tremendita. Sobre el escenario convivieron la guitarra flamenca, un bajo eléctrico, dos trombones y una batería con el mágnifico cante de Ángel Carmona.

La iluminación a cargo de Carlos Marquerie, es fundamental en el desarrollo escenográfico, pues la trama evoluciona con ella en un espacio temporal marcado por el transcurso de las horas del día en el bosque animado.

“Bosque Ardora” sumergió al público en un mundo onírico donde las emociones se sientieron a flor de piel, y estallaron en un largísimo y merecido aplauso.

PAOLA PANIZZA

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