Danza Vs. Bailarines
- sertorio
- 14 sept 2015
- 3 Min. de lectura

En los tiempos que corren que económicamente es difícil sobrevivir, más difícil es aún hacerlo siendo bailarín. Cuando estamos en un país donde la cultura se considera un lujo, llámese desde la perspectiva de la formación así como desde la perspectiva del ocio.
Una familia con dos hijos tiene muchas dificultades poder pagar 4 entradas, salir de casa, tomarte un refresco previo a la función, pagar dichas entradas y al salir tomar unas tapas y regresar a casa porque los gastos que suponen son casi el gasto necesario para llenar la nevera.
Hacer de la danza una opción más, dentro de las posibles para disfrutar de una tarde noche, es complicado dada la formación que tenemos en este país de qué significa la danza y cuáles son sus beneficios, no sólo sociales sino también económicos.
Si conociéramos cuánto es capaz de hacer la danza en pro de la infancia, del conocimiento de tu cuerpo, de tus limitaciones y la fuerza de integración para determinados grupos o personas que por una razón u otra tienen dificultades para una relación interpersonal, la Danza tomaría el primer lugar de las asignaturas obligatorias en cualquier plan de estudios relativamente responsable y contemporáneo. Conocidos los beneficios que la danza aporta en las relaciones personales y sociales pasemos a los beneficios económicos que genera a la par que influye en la economía de los propios bailarines y coreógrafos.
Desde el momento en el que se empieza a generar una producción de danza, empieza a generarse trabajo: Director musical, Director Técnico, Iluminador, Técnico de Sonido, Regidor, Centros de ensayo, Producción de vestuario, Calzado, Bailarines, Repetidores, Directores, Coreógrafos, etc. En muchas ocasiones, un mismo creador hace si no casi todas las funciones, la mayoría de ellas. Si la producción es propia, la vida se centra en sus 24 horas en dicha creación, la danza te absorbe la vida porque la danza es tu vida.
En los ensayos, aquellos que participan se toman algo en el bar más cercano o al final de la jornada de trabajo.
Una vez la producción está terminada viene la promoción, video, publicidad, cuñas de radio, solicitud de prensa etc, etc, la danza sigue generando sin que ésta haya provocado aún el más mínimo ingreso.
Llega el momento de la solicitud, si no se ha hecho previamente, de subvenciones de producción, giras y otras variantes que de lo que uno solicita a lo concedido hay un tramo. De cuando tú lo necesitas a cuando te hacen el pago hay otro tramo. Y llega el momento del estreno todos los integrantes nombrados tienen trabajo, más o menos remunerado pero con su consiguientes gastos de gestoría, seguridad social e impuestos varios. Seguimos generando economía.
El teatro abre sus puertas, limpiadoras, taquilleros, acomodadores, técnicos del teatro pueden tener horas extras; el bar de al lado se llena gracias a los espectadores, los taxis no paran en la puerta del recinto, los parkings se llenan, los restaurantes tienen reservas para después de la función, la danza sigue moviendo dinero.
Viene el momento de amortizar todo el esfuerzo y empezar a ganar aquellos que han hecho que otros lo hagan....Y viene la realidad, difícil mover la obra por la no programación por parte de los teatros. Difícil cerrar una gira, y las producciones de danza tienen el horrible futuro de quedarse en una simple función o cinco y con un poco de suerte 20 funciones... Hacemos cuentas y no hemos amortizado todo lo producido.
Tras todo el esfuerzo, lucha, noches sin dormir, las relaciones familiares y afectivas con posibles afecciones por cómo la Danza te atrapa.
La Danza sigue viva alimentándose de los bailarines, absorbiéndolos, quitándoles la sangre, la piel y el alma.
Y la Danza sigue siendo la hermana pobre de las artes siendo la que más artes incluye en su creación. La Danza sigue sin programarse, los bailarines siguen sin bailar y las subvenciones siguen no llegando y sufriendo los impuestos que incultos, gerenciando la cultura se atreven a tener capacidad de criterio. Menos subvenciones y más teatros abiertos a programar. Cambiamos el cash por funciones programadas, ya la danza nos generará dichos ingresos.
El Bailarín cobra el día que trabaja, la Danza cobra vida desde el minuto uno de la creación.
El Bailarín sufre la Danza, la Danza vive del Bailarín, el Bailarín ama a la Danza y la Danza entiende que sin ellos... Ella no es nada.
Danza versus Bailarines...amor eterno, amor sufrido.
PACO MORA
(Fotografía. Paco Mora en la Gala de Solistas Internacionales)
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