Con Aires de Villa y Corte. en la nave 16 del Matadero de Madrid y acompañados por Seis Sonatas para la reina de España, da comienzo un desfile de treinta y cinco años de danza española.
El Loco en su Laberinto, La gitanilla del Café de Chinitas al encuentro de Carmen que volvÃa de Sevilla del brazo del Toreador. Entre el público, a un lado de la pasarela, Albeniz y Falla, al otro Goya, Dalà y Picasso. En backstage y con la misma ilusión del primer estreno, Victoria Eugenia, Pilar López, AÃda Gómez, Adoración Carpio, Antonio Ruiz Soler, José Antonio, José Granero, Javier Latorre y August Bournonville. Músicos, pintores, coreógrafos y diseñadores que escribieron paginas celebres de nuestra historia y que gracias a esta iniciativa de Antonio Najarro, y de la mano de Chus GarcÃa, estuvieron presentes para hacer de este desfile histórico una noche inolvidable.
El reto era muy atrevido. Lucir 200 trajes de entre las piezas históricas mas emblemáticas de nuestra danza, requerÃa "a priori" de una estructura técnica acorde que permitiera "Sentir el vestuario del BNE". Y asà fue, la sala estaba vestida con todos los elementos que permitÃan un buen lucimiento.
Se rindió la pasarela porque sobre su moqueta los bailarines no caminaban cual modelos al uso, sino que interpretaban y daban sentido a las piezas que vestÃan. La música ayudaba a contextualizar los momentos. Y todo ello al unÃsono engrandecÃa aún más si cabe lo que se nos mostraba.
Si además todo ello se realiza con sumo cuidado y gusto exquisito, acercando la cultura a todos los públicos, no sólo la pasarela se rinde ante la danza, sino que la cultura deberÃa rendirse ante el Director del Ballet Nacional de España.
Si la excusa es una pasarela donde se desempolve parte de la historia, se recree, se comparta y se disfrute, bienvenida sea esa pasarela de la que en próximos artÃculos publicaremos detallados reportajes.
GEMMA ORTEGA
(FotografÃas de MarÃa Alperi)