Arantxa Carmona acaba de ser nombrada directora del Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma. Es todo un placer que visite el Ateneo y nos haga partícipes de los detalles de su nuevo proyecto. Siento que derrocha ilusión frente a esta nueva etapa... Y es que Arantxa es una mujer llena de facetas: especialista en folklore -con esa generosidad que siempre caracteriza a los artistas de ese sector, ajenos a los personalismos-; coreógrafa que posee un estilo poético muy característico, como muestran las danzas que creó con rotundo éxito para el ballet “Sorolla” (BNE); maestra de danza... Es pasional, a la vez que imaginativa. Su modo de ser la hace huír de la zona poblada por las medias tintas. Ella se entrega, nunca para y se lanza hacia el reto. No se acobarda, sino que se crece al saltar hacia un nuevo vacío sobre el que construir, sobre el que dibujar con sus propios colores, porque la creación es el motor de aquel que nace con la “maldición” de ser artista.
P-¿Por qué te has presentado como candidata a la dirección del Real Conservatorio?
-La idea de presentarme ha estado motivada por una intención artística, planteándome la cuestión de cómo seguir manteniendo esta institución que, a pesar de ser tan prestigiosa y ser uno de los centros de referencia en la enseñanza de la danza en España, no significa que debamos parar, sino todo lo contrario evolucionar y seguir creciendo.
Hay que proyectarse hacia fuera, evitar vivir solo de puertas adentro, para no caer en la tentación de quedarnos en un círculo dando vueltas y vueltas...
P-¿Cómo es el proceso de selección para dirigir el Conservatorio?
-Un tribunal selecciona las propuestas de los candidatos. Te votan considerando los méritos y después de una exposición oral de tu proyecto de dirección.
P-Es de suponer que tu proyecto sería el mejor... ¿Puedes contarnos de qué trata?
-Es un proyecto muy respetuoso con el pasado y con amplias reflexiones, tanto pedagógicas como creativas, de cara al futuro.
P-Concrétame.
-Me parece fundamental visibilizar todas las necesidades que existen, establecer mecanismos para la escucha activa de las inquietudes de todas y cada una de las personas implicadas, profesores, alumnos, padres... Una vertiente del proyecto busca la cercanía y la apertura. Y, por otro lado, hay que encarar los problemas y encontrar soluciones.
P-¿Cuáles crees que son los problemas más acuciantes?
-Para mí el problema más grave es la poca visibilidad que tiene la danza en nuestra sociedad. Tenemos pocos alumnos en enseñanzas elementales.
Los niños no pueden amar aquello que no conocen.
P-¿Cuál consideras que es la forma de paliar el problema?
-Hay que trabajar más intensamente en campañas escolares, seguir trabajando en jornadas para la formación de nuevo público, creando, por ejemplo, campamentos de verano en primaria para que los alumnos de enseñanzas generales se acerquen al centro.
P-¿Es un problema de difusión?
Sí. También habría que intentar que los medios de comunicación promuevan la danza. Es muy importante que se visibilice para que no se pierda el maravilloso legado cultural que poseemos.
Tendríamos que estar más unidos todos los conservatorios, implementar la colaboración entre todos los “agentes” del mundo de la danza, que siguiera fomentándose la implicación con las compañías de danza, establecer convenios y avanzar todos a una.
P-¿Hacer piña entre todos?
-Mira, lo importante no es que siga funcionando el conservatorio, que es un centro de élite, sino que la danza avance. Todos tenemos, en realidad, un mismo objetivo.
Así, si los alumnos quieren ver danza, verán danza, y aunque en un futuro no lleguen a ser profesionales del sector, formarán parte del público de los entendidos en un futuro. Si se acercan a la danza en las enseñanzas elementales, siempre serán amantes de ella.
La danza, como todas las artes, es una forma de entender la vida, un bagaje que siempre llevarán consigo. Sí, pienso que te dota de una especial sensibilidad.
P-¿Eres consciente del reto que asumes?
-Tengo todo un reto por delante, que afrontaré con ilusión, con prudencia y valorando la gran labor de los anteriores directores.
P-¿Marcarás una nueva etapa?
-Haré lo mejor que pueda, y lo bueno es que no lo haré sola, naturalmente, sino contando con el apoyo de mis compañeros, grandes profesionales que me ayudan en la búsqueda de ese camino.
P-¿Si le pusiera un eslogan a tu proyecto podría titularse algo así como “pensamiento abierto”?
-(Ríe). No lo había pensado, pero podría ser.
P-¿Cómo se imprime un pensamiento abierto al profesorado?
-Podría ser en el sentido de que me muestro partidaria de que nuestros profesores salgan, y cuando impartan sus clases magistrales en otros lugares, sean los embajadores de nuestro centro; y a su vez posibilitar que vengan artistas de fuera. Y que los alumnos puedan formase aquí y allá, que vayan y vengan, que fluya una corriente de enriquecimiento mutuo.
P-¿Abrirse puede conllevar el peligro de perder la esencia?
-No, yo creo sinceramente que es todo lo contrario. Nuestro centro tiene unos grandes maestros y en ello estriba nuestro valor. Te confieso que el tener unos compañeros de tanto nivel es muy motivador, porque sientes que tienes que ir más allá. Pero un pedagogo no puede tener un único punto de referencia. Salir enriquece porque se acentúa la capacidad de análisis hacia tu propio trabajo y, de alguna manera, te ayuda a crecer.
Sales, ves otras cosas y cuando vuelves a tu centro sientes que ha crecido tu energía, que aumenta tu estímulo...
La vida para un artista no acaba dentro unos de muros.
Trabajamos con el arte y lo hacemos muy bien.
Se pueden crear grandes cosas, no criticando al compañero sino disfrutando de lo que hacen.
-Eso tiene algo de utopía.
-Pero yo sigo creyendo que se puede, el buen artista crea desde el respeto hacia si mismo y hacia los demás. Disfruto mucho cuando veo lo bueno que hace la gente de mi alrededor, y motiva porque tu mismo te haces mejor. Hay gente muy buena, existe una especie de cadena invisible por la que parece que cada año se mejora respecto del anterior, y probablemente esa es una de las razones que sustenta nuestro prestigio.
Estamos concienciados sobre la importancia de sacar los mejores alumnos. Es nuestro verdadero reto.
MERCEDES ALBI