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Ballet Nacional de España, tesoro de nuestra cultura


En el teatro no cabía un alfiler, no quedaba un solo asiento vacío en el patio de butacas , y las entradas estaban agotadas a las 24 horas del estreno del espectáculo conmemorativo de los 40 años del BNE, que se exhibe estos días en el Teatro de la Zarzuela. Es por tanto un hecho que el entusiasmo del público hacia la danza española se encuentra en fase de plena revitalización.

Antonio Najarro, director artístico del Ballet Nacional de España, logró lo que se propuso y hoy día la danza española se encuentra, gracias a su gran labor difusora, en un momento expansivo que se deja sentir en ese entusiasmo generador de buenas energías que desprende el público.

El 40 Aniversario del BNE se está celebrando con honores en un espectáculo sin fisuras, que establece un recorrido a través de unas joyas coreográficas muy bien escogidas y representativas, tanto de los diferentes períodos de dirección, como de las distintos estilos que conforman en rico patrimonio de la danza española: escuela bolera, flamenco, folklore y danza estilizada.

Estas piezas, que se han incorporado al repertorio de nuestro ballet nacional, constituyen un valioso legado que jamás debe perderse, pues son ya historia viva gracias a un cuerpo de baile cohesionado, que es fruto maduro y producto de mucho ensayo, bajo una excelente labor de dirección.

El desfile de vestuario histórico con el que nos obsequian los bailarines, entremezclándose con el público, anuncia el comienzo del espectáculo, suenan las voces en off, grabaciones de los antiguos directores del ballet que son declaraciones de puro amor a la danza. Y estalla el baile vivaz de "Eritaña", con la encantadora Débora Martínez y un Sergio Bernal que danza sus entrechats con tal naturalidad que no aparenta realizar esfuerzo alguno, lo que hace que nos preguntemos dónde se encuentran los límites de este bailarín, si es que los posee... Lo que se confirma en la segunda parte, con su solo de "Ícaro", la nueva coreografía que ha hecho para él Antonio Najarro, y que pone de manifiesto que Sergio Bernal está lleno de danzas que aun no han nacido.

Aloña Alonso fue la protagonista del Adagio del "Concierto de Aranjuez", donde cuatro galanes son atraídos por la Noche que ella simboliza. Pero a la bailarina de excelente técnica, le falta el peso dramático requerido por este emblemático personaje creado por Pilar López. Sin embargo, en "Ritmos" de Alberto Lorca, que bailó con Fran Velasco, estuvo magnífica.

Con "Puerta de Tierra" la escuela bolera brilla y nos complacemos en admirar esa impecable ejecución que tiene el baile de Eduardo Martínez, que posee la exactitud de lo que es perfecto, sin que nada falte ni sobre, en una interpretación aderezada con la gracia de Miriam Mendoza.

Inma Salomón conquistó al público desde su primera aparición como la Laurencia de "Fuenteovejuna", desplegando con su alarde de brazos y movimientos un magnetismo nuevo y único -desarrollado a partir de su Electra-, junto con un Frondoso interpretado por un excelente Alvaro Madrid que nos recordó a Antonio Gades. Inma siguó creciéndose en su solo de la "Danza IX" de Victoria Eugenia, lo que nos permite afirmar que ella es quien actualmente ostenta el cetro femenino de la compañía.

Un punto y aparte es Fran Velasco, todo lo que se diga sobre su sobria elegancia es poco. Su danza muestra ese especial aire antiguo de lo que es eterno, y es quien mejor interpreta el "Zapateado" de Sarasate, haciendo música con sus pies. Fran sabe dibujar el sonido con una sensibilidad emocionante.

La irrupción de Eliseo Parra sobre el escenario con la pieza folklórica "Romance", coreografía de Juanjo Linares, para tocar y cantar su propia música, profundizó en el sentido del folklore como algo que surge del alma del pueblo, y la pieza nos hizo vibrar con la rica alegría de los ritmos gallegos que cerraron la primera parte del espectáculo. Fue el Baile del ballet Sorolla, con Esther Jurado como destacada protagonista, el brillante cierre final de este magnífico espectáculo conmemorativo del 40 Aniversario del BNE.

El secreto de una compañía es su unidad y disciplina, la coordinación entre la actitud y el gesto; la aportación individual es la medida del genio del artista en cada danza interpretada, y a la coreografía general supeditada a la idea y a la perfecta sincronización con la música.

Todo está hecho, el mandato de Antonio Najarro en su cargo de director artístico, que ha ejercido durante 8 años, casi está concluído. El próximo mes de septiembre se dará paso a una nueva dirección. Difícil, si no imposible, hubiera sido haberlo hecho mejor.

El Ballet Nacional de España es custodio de lo mejor de nuestra cultura, preserva y difunde el arte español, y esperamos que lo siga haciendo en la continuidad del excelente camino trazado que abre el horizonte a la genialidad. Y es que, como afirman Laura y María Lara, en su Breviario de la Historia de España: "La vida es un eterno peregrinar a ciegas, pero sabido es que en todo país y edad, el egoismo resta, la envidia cercena, la salud iguala, la simpatía multiplica y el reconocimiento une".

MERCEDES ALBI

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