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Entrevista a Mariló Uguet en el día de su homenaje


Hay días que contienen una emoción tan especial que en su transcurso ya eres consciente de que son inolvidables porque están llenos de lo mejor de nosotros. Así fue el pasado martes en el homenaje a la maestra Mariló Uguet en el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma.


El salón de actos estaba abarrotado, alumnos, compañeros, amigos, familiares… Unas doscientas personas que congregadas allí guardábamos silencio porque Mariló, recién retirada de la docencia, no podía darse cuenta de la sorpresa que la aguardaba.


Cuando abrió la puerta y nos vio y todos comenzamos a aplaudirla su rostro, que en ese instante había reflejado una expresión de incrédula sorpresa, se bañó en lágrimas. Fue difícil para sus compañeros articular las palabras de los discursos; no es fácil poder resumir y expresar lo que significa en sus vidas alguien que les ha dado tanto sin que se les quiebre la voz, pero aquellas palabras, los gestos de afecto, la música y, por supuesto, la danza salieron del corazón.


P-Me gustaron mucho las palabras que nos has dicho en el salón de actos ¿Podrías resumirlas para los lectores?


-Me salió así. Expresé lo que sentí en el momento. Me inspiró un reportaje que había visto en televisión donde definían a los artistas como “seres tocados por el dedo de Dios”, y pensé que era cierto.


P-¿Sois seres tocados por el dedo de Dios?


-Todo artista tiene un don, un soplo de algo habita en su interior, pero hay que sacarlo a fuera y solo se puede sacar a base de disciplina y trabajo. Eso fue lo que dije.

Hay gente que tiene mucho talento, unos brillan más que otros; los hay que nacen estrellita, otros estrella y algunos “estrellaza”…

P-Brillan por sí mismos unos más y otros me nos, pero ¿Puede una estrellita convertirse en “estrellaza” a base de esfuerzo?

-No te quepa la menor duda, todo se basa en el esfuerzo y en el trabajo, hay cosas dentro de ti que nunca descubrías si no las trabajas. Lo he comprobado. El artista va encontrando en si mismo cualidades que no sabía ni que tenía. Por eso la docencia es tan fascinante, acompañas al alumno a través de su propio descubrimiento.


Con cuerda y más, quinteto español

P- Y el caso contrario, ¿Has visto artistas con muchísimo brillo que ha sido fugaz, sin consolidación?


-He visto artistas talentosísimos que se apagaron muy pronto. No había una constancia en el trabajo. A veces ser excesivamente brillante no es bueno porque uno puede llegar a pensar que lo tiene todo, incluso hay quien se cree mejor que nadie y eso es muy malo. El trabajo debe ser incesante aunque tus cualidades provengan de un enorme don natural.


P-¿Se aprende también de los alumnos?


-Sí, es algo mutuo. Hay algunos a quienes admiro como verdaderos héroes.


P-¿Quiénes son los héroes?


-Para mí son niños héroes por lo que demuestran cada día y a pesar que saben que hay poco futuro para la danza, pero los mueve hacia ella un amor muy grande. Los veo llegar a sus clases a las 9 y estar trabajando a tope con un esfuerzo físico grandísimo hasta más allá de las 2; después van al colegio, salen y a estudiar, y haciendo todo bien, incluso sacando buenas notas… ¿No son héroes? Claro que lo son. Héroes rebosantes de arte.


P-¿Les compensa tanto esfuerzo?


-Los chicos que salen de nuestro conservatorio los quieren en todas las compañías.


P-¿Ha cambiado la forma de aprender la danza española?


-Se aprendía en el conservatorio, y luego teníamos la oportunidad de formarnos en las mismas compañías; entrabas en cuerpo de baile jovencísimo, en la compañía Antonio el Bailarín, y tantas otras, o yo como hice en la compañía de Mariemma. Gracias a Dios pudimos conservar su legado. Hemos preservado la formación adquirida en las grandes compañías y la transmitimos en las escuelas.



P-¿Hay estrellas de la danza hoy día?


-Ese fenómeno de las estrellas por supuesto que existen pero no es lo mismo en la actualidad, especialmente de cara al reconocimiento público. Es más evidente este fenómeno en el cine. Las estrellas míticas del Hollywood de los años 50 tenían como un halo de eternidad que ya se les da a los nuevos talentos. En la danza pasa igual.


P-¿A qué crees que es debido?


-A la fugacidad. Hay tantas formas de comunicación que todo pasa más deprisa, es como si nada perdurara.


P-¿Cómo conociste a Mariemma?


-La conocí en el conservatorio que estaba en Ópera, se llamaba Escuela Superior Profesional de Danza de Madrid y era el único que existía.


P-¿Eres de Madrid?


-No, nací en Tafalla (Navarra) pero tengo una vida muy cambiante porque mi padre que era médico murió al poco de nacer yo, y de allí nos fuimos a Ceuta; mi madre se volvió a casar y vinimos a vivir a Madrid.


P-¿Dónde empezaste a bailar?


-Con Clara Eugenia en Ceuta. Era una mujer que tenía muy buen gusto, y no se si era mala, buena o regular, pero es la que metió el gusanillo de la danza. Vine a Madrid a los diez años y me llevaron a la escuela de Valentina Kashuba. Mi madre no podía pagar ese dinero, entre unas cosas y otras lo dejé, aunque adquirí una buena base clásica. Me matricularon en el conservatorio, no podía dejar de bailar, era lo que más me importaba en la vida y entonces conocí a Mariemma.


P-¿Qué recuerdas sobre ella como artista?


-Lo que más me gustaba de Mariemma era lo musical que era, su danza era pura música en movimiento. Era muy perfeccionista y a la vez muy cariñosa. Nos daba un poco de miedo porque era muy exigente, pero yo me quedé tan prendada que nunca me separé de ella.


A los 2 años en el conservatorio me dejó entrar en su compañía.


Éramos un montón de bailarinas jóvenes (Rosa Ruiz, Elvira Andrés, Sonia Cámara, Mari Paz Somaza) éramos las pequeñajas… Había otras más pequeñas todavía como Cristina Catoya, y muchas otras, no te he dicho todas. No te puedo dar los nombres de todos los que éramos. Nos pasábamos todo el día junto con los grandes profesionales de la compañía. Un gran lujo… No soy capaz de resumirte mi vida con Mariemma, han sido tantas cosas, he estado con ella hasta que murió sería un relato demasiado largo.



P-Bueno, hagamos un esfuerzo de imaginación. Piensa que por un breve momento resucitase frente a ti por unos minutos ¿Qué le dirías?


-Volverla a ver… La primera palabra que me sale es cuanto te quiero, y la segunda es gracias.


P-¿Gracias por qué?


-Porque ha entregado su vida por la danza. Era una persona autentica muy musical y muy artista. Su sistema de enseñanza nos dio la oportunidad de impartirla con un método, pero lo que más admiro de ella era su forma de ser artista, tan culta, con tan buen gusto.


P- ¿Y su fama de fuerte temperamento?


-Era una persona que nunca se casaba con nadie, decía lo que tenía que decir, sin medias tintas, siempre iba con la verdad por delante. Mariemma nunca ha jugado con el arte, el arte es el arte y siempre ha sido con él tremendamente respetuosa.


Tienes que venirte otro día con más calma al conservatorio, vas a venir y vas a alucinar, aquí hay tesoros y me gustaría enseñártelos.


P-¿Qué tesoros?


-Hay que verlos para hablar de ellos. Hice una exposición sobre Mariemma y verás lo que hay…


P- Muchas gracias, por supuesto que acepto tan tentadora invitación.


-Te cuento.. Al igual que los músicos hicieron una estilización de la música foklorica en sus composiciones, fue Antonia Mercé, la Argentina quien llevó esta idea de estilizar a la danza española. Creó la danza estilizada la cual puede provenir tanto del folklore como del flamenco o de las danzas boleras. Y también se enamoró de las castañuelas e inventó la castañuela de concierto. Mariemma de niña la vio actuar en París y se convirtió en su referente.



P-¿Crees que prosiguió la labor de Antonia Mercé?


-Sí, ella tuvo una gran visión de futuro y junto con un gran pianista Enrique Luzuriraga, que la acompaño a lo largo de su vida, abrió un enorme campo de colaboración entre disciplinas. Mariemma al ir con un gran concertista logró que las sociedades musicales se abrieran a la danza. Significó una expansión enorme.


La colaboración entre artistas de diferentes ámbitos hace que el resultado sea más bello. Hay que abrirse. Ellos fueron de gira durante 15 años y solo después aquel trabajo infatigable, en 1955 empezó a tener su compañía. Los mejores productores del mundo eran los que contrataban a Mariemma.


Ella creó gracias a su método una racionalización de la enseñanza de la danza española. Así el alumno se podía formas en todas las disciplinas de danza española sin tener que ir de un sitio para otro, que además era carísimo.


El trabajo tan enorme que hizo no se ni como lo aguantó, siempre bailando, de giras interminables por América por todas partes del mundo… Y pasó dos guerras, la española y la mundial.


P-Cuéntame alguna anécdota sobre concreta sobre esas dificultades por las que pasó.


Pues me contaba que después que todo había quedado arrasado en España, cierran las fronteras con Europa. La contratan para la Ópera de París y no podía pasar. Pero no dejó de ir y se las arregló para viajar a Bélgica y desde allí poder marcharse a París. Era un homenaje a Carmen en lo que iban a actuar. Pero además resultó que los trabajadores de la Ópera, como venía de España también se portaron muy mal con ella y boicotearon sus ensayos, no pudo ni ensayar... Sin embargo, hizo acopio de valor, salió a escena y se dejó llevar por la intuición. Entonces, el público se volvió loco con ella y logró el mayor éxito de la noche.



P-Pero en esa época tú todavía no la conocías.


No, claro, pero ella me lo ha contado. Fue a partir de 1985, cuando ella dejó el conservatorio, que yo empecé a trabajar mucho con ella hasta el día de su muerte.


Una vez me preguntó un alumno mío cómo era Mariemma, entonces pensé “voy a escribir”. Y tengo un librito, una especie de cuadernillo publicado sobre Mariemma, te lo voy a regalar: “Conociendo a Mariemma", y luego en la portada contiene la frase de "Conocer a Mariemma es igual a amar la danza”.


P- Eres verdaderamente una persona encantadora. Yo ahora acabo de escribir un libro sobre danza española y espero que vengas a la presentación el 25 de abril.


¿Sobre qué es?


P- Se titula “Dolores de Pedroso y La Quica, dos mujeres unidas por la danza”. Es un homenaje a los artistas que difundieron la danza española en los años 50 y que lamentablemente, hay muy poco escrito sobre ellos.


La escuela de La Quica decía Mariemma que era la mejor maestra bolera. Eso decía, “la mejor escuela es la de La Quica” por eso Mariemma también hablaba mucho con su hija Mercedes y su marido Albano.


P-Pero bueno, la entrevistada eres tú, hoy es tu día ¿Qué has sentido en tu homenaje?


Todavía estoy como flotando. No me lo podía creer. Escuchaba esa maravillosa música que interpretó el quinteto Con Cuerda y más y pensaba “¿Es esto cierto? ¿Estoy soñando?”…



Y, ¿Has visto a mi hija Cristina, que está en el Ballet Nacional, bailando con Eduardo Martínez. Han bailado la pieza que yo bailaba con Joaquín Cortés. Mi hija que ahora está de baja por maternidad y, de repente, me la veo aquí bailando… Yo no tenía ni idea de que esto iba a pasar.



Y Jesús Ramírez que ha bailado con mi mantón, ha venido desde Sevilla. Cuando abrazaba mi mantón sentía que era como si él me abrazase a mí. Es un chico maravilloso y muy creativo. Te hablé al principio de mis alumnos héroes, pues Jesús es uno de ellos.


MERCEDES ALBI

Fotografías de archivo del Museo Mariemma de Iscar

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