
Uno de los acontecimientos dancísticos de esta semana lo ha protagonizado el bailaor y coreógrafo Manuel Liñán con el estreno absoluto de su nuevo espectáculo, Muerta de amor , en la Sala Roja de los Teatros del Canal.
La atmósfera escénica es generada con dos únicos colores. Todos los artistas visten de negro sobre un único fondo cromático color fucsia, que evoluciona con focos muy bien definidos. (Diseño Ernesto Artillo, iluminación de Gloria Montesinos).
Y es que una de las características de este Muerta de amor es la elegancia. Si el tema del género se presta en ocasiones al histrionismo, aquí se reivindica la libertad de amar con un arte muy puro, muy nacido de dentro. No brota del contraste sino desde la unicidad.
Manuel Liñán está arropado por la danza de José Maldonado, Alberto Selles, Juan Tomás de la Molía, Miguel Heredia, José Ángel Capel, David Acero, Ángel Reyes, que despliegan una gran versatilidad con el contrapunto dramático de Mara Rey, artista invitada.
La coreografía ha sabido conjugar perfectamente la transición de las escenas grupales con las individuales, como si todo fuera el hilo conductor de la vida y el amor, desde la añoranza desesperada al afecto.
Los bailarines son excelentes, y cuando bailan sus solos o dúos que suelen alternar con Manuel, alcanzan altas cotas de emoción. Cada uno tiene su espacio y se desprenden del resto manteniéndose la homogeneidad del conjunto. En ocasiones dan pasos de danza española, otras veces bailan palos flamencos ortodoxos como unas alegrías interpretadas por Juan Tomás de la Molía, que termina compartiendo un zapateado con Manuel Liñán… David Acero, con originalidad y virtuosismo, baila una danza celta acompañado por el violín de Víctor Guadiana, autor de la pieza.
Las coplas y los boleros en clave flamenca transmiten los sentimientos de lo que se narra, gracias a la voz de Juan de la María, -con el guitarrista y compositor Francisco Vinuesa y los instrumentos y el espacio sonoro de Víctor Guadiana, con la percusión de Javier Teruel- contribuyen a sumergir al espectador en un recorrido sensorial y emocional.
Manuel se entrega, se nota su pasión. Permite el brillo de los otros sin copar protagonismo. Va con ellos y brilla por su propia manera y luz, que mostró en la soleá final.
Muerta de amor, viaja el próximo 15 de septiembre a la Bienal de Flamenco de Sevilla, está lista para el éxito y luce engalanada para pasearse orgullosa por el mundo.
MERCEDES ALBI
Foto @anayñañez
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