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Emoción a flor de piel con Paco Mora en el Teatro de la Latina


Claudia Corchado, Paco Mora y Rakel Jiménez

Antes de las siete de la tarde la gente se agolpaba en el Teatro de La Latina donde el bailaor Paco Mora presentaba un doble espectáculo: preestreno de la película “En mis zapatos”, seguida del espectáculo “¡E.A.!”, en conmemoración del Día Mundial del Alzehimer. Todo fue muy intenso y salimos de allí casi a las 11 de la noche, y realmente, los que vivimos esas horas en aquel teatro salimos profundamente conmovidos, y concienciados sobre la lacra que supone la enfermedad del Alzehimer.


La película documental dirigida por Pedro Morato, introdujo al espectador casi a bocajarro en una especie de proceso identificador con los dos protagonistas: Paco y su madre, Carmencita, que es totalmente dependiente de su hijo a causa del Alzehimer. La cámara nos hizo testigos de la intimidad de su hogar al día a día del cuidador-artista con y su madre, con sus luces y sombras de hastío y desesperanza, combinada con momentos felices, con frustraciones y sueños que parecen irrealizables, pero que finalmente se hace posibles, en un camino que no está planificado pero que Paco ha sabido sortear de forma casi milagrosa con grandes dosis de amor. Y es que su historia como todas las grandes historias, es una historia de amor.


El flamenco y la copla le han servido al bailaor como puente de conexión para llegar y estimular el cerebro enfermo de Carmen, descubriendo un nuevo modo de comunicación con ella, que se ha erigido en un modelo de terapia cognitiva para la estimulación sensorial de los enfermos.


Paco Mora se ha hecho famoso y muy querido por miles de personas de todo el mundo, que se han identificado con él y con su madre a través de las redes sociales, y llenan los teatros para ver su espectáculo. Despierta verdadero fervor, una especie de oleada de cariño con un público que le aplaudía en pie y pronunciando su nombre. Pero, ¿Cuál es la base de este fenómeno?


Todo está en él, en su absoluta autenticidad. Nadie puede transformar la realidad con esa fuerza si no está tocado por el don del arte. Paco Mora ha hecho arte de su propia vida, y su personaje se impone sobre el artista que indudablemente es y que se muestra en escena con gran expresividad, bailando su vida a través de los palos clásicos flamencos y una escena muy plástica inspirada en los encordados de la Semana Santa.


Narró su vida y la de su madre con danza-teatro, contención de medios y unos buenos artistas que le arroparon: la actriz Rakel Jiménez, y la joven bailaora Claudia Corchado, la guitarra de Javier Muñoz, Tomate, con el cante de Verónica Moyano y Jorge del Pino, en cuya conjunción lograron que las tres horas que estuvimos en el teatro de la Latina, se nos pasen sin sentir, absortos en aquel torrente de emociones a flor de piel.


MERCEDES ALBI

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