Carmen Cortés, impresiona. La bailaora con ese estilo tan puro y ese sustrato dramático que le brota desde muy dentro, estrena en la Sala Roja de los Teatros del Canal “¡Gira corazón! Bailando con Lorca en la edad de plata”, un espectáculo acogido al sello Creación Canal, se va a representar en la Sala Roja entre el 13 al 16 de enero con un cuerpo de baile de catorce intérpretes.
Con “¡Gira corazón!” la bailaora sigue profundizando en el alma poética de Federico García Lorca, prosiguiendo la línea trazada con sus espectáculos anteriores (“Yerma”, “Mujeres de Lorca”…) en la que halla o más bien destripa, porque le nace en la entraña, una veta absolutamente personal de inspiración. El flamenco puro se une con nuevas formas coreográficas y musicales para recrear aquel momento en el que Federico García Lorca, recién llegado de un viaje a la Habana, leyó su obra “El público” en la casa de Encarnación López, La Argentinita.
Me encuentro con Carmen en los pasillos del teatro y admiro desde cerca esos ojos oscuros, esa esencia concentrada en un menudo cuerpo de mujer que sabe desplegarse sobre escena como nadie. Le robo unos instantes y ella amabilísima nos responde.
-¿Cómo te sientes Carmen en este momento en que vais a subir a escena el nuevo espectáculo?
-Con los nervios lógicos de un escenario, de un estreno y más en Madrid que siempre nos impone a todos los artistas mucho, pero muy contenta de ya por fin después de tanto trabajo poderlo presentar.
-Cuéntame sobre tus recuerdos de cuando empezaste a bailar.
-Los comienzos de los artistas de mi generación en realidad eran casi todos iguales, yo soy autodidacta, hasta los 22 años no empecé a estudiar en una escuela de danza. Entrábamos directamente en las compañías de danza española donde solía haber un repertorio de bailes regionales y danza estilizada, que antes se la llamaba clásico español, que tenía un toque de flamenco, podíamos decir no demasiado jondo. Entonces decidí venirme a Madrid desde mi Barcelona natal.
-¿Qué te empujó a venirte?
Era donde más flamenco había, muchísmos tablaos, casi todos los artistas de prestigio estaban aquí como Camarón y Paco de Lucía, por ejemplo. Fue entonces conocí a un grande del baile: Mario Maya.
-¿Cómo le conociste?
-En ese momento se había quedado sin su partenaire e iba buscando. Visitó escuelas (a las que yo no iba porque en ese momento no tenía dinero para estudiar), tablaos… y una noche en Los Canasteros, donde yo bailaba, me descubrió.
-¿Por qué crees que te escogió a ti?
-Le gustó mi energía, la fuerza, el pronto racial que yo tenía, fue lo que le hizo proponerme que fuese su partenaire.
-¿Qué significó para ti ser pareja artística de Mario Maya?
-Fue un gran empujón en mi carrera, me posibilitó un aprendizaje enorme para el conocimiento del flamenco y de la danza en general. No hacía falta que Mario me dijese “esto se hace así”, esa no era la forma en que él enseñaba, sino que era suficiente con verle bailar con ese modo tan suyo que transmitía y te acoplabas.
-Pero cuando dices ser “autodidacta” ¿Qué significa? ¿Cuándo y cómo sientes ese impulso que te empuja a ser bailarora?
-Mis padres eran andaluces que emigraron a Barcelona en busca de trabajo. Se conocieron allí. En esos tiempos había mucho ambiente flamenco en los barrios, muchas peñas, muchísimo de todo… Mi padre nos llevaba a mi hermano y a mí, pues somos casi de la misma edad, y él tocaba la guitarra y hacíamos lo que cada uno sentía. A mi me nació la vocación por el baile. Era todo muy intuitivo.
-¿Era el flamenco algo que nace de tu entorno?
-Sí, hemos estado ahí muy metidos todos. Mi hermana, por ejemplo también bailaba. Tenemos mucha familia que se han dedicado al arte. “Los remolinos” son tíos carnales y primos hermanos nuestros; también ha habido muy buenos cantaores, y aunque al baile se han dedicado menos también los ha habido.
-Has dedicado tus últimos espectáculos a temas relacionados con la figura de Federico García Lorca ¿Qué supone el poeta para ti?
-Lorca aunque viviera en el siglo pasado, sigue siendo un poeta de hoy en día, nada en él pasa de moda.
-¿Por qué?
-Porque forma parte de la tierra, de su Andalucía, se inspiraba desde la tierra, desde lo que vivía, y es que el flamenco es así: es terrenal, es un arte que todavía hoy día se transmite oralmente. Y partimos de ahí, de la tierra, de la tradición.
-¿De todos los países que has conocido en tus giras cual te ha enriquecido más?
-Simplemente el hecho de conocer, de ver a otras gentes con formas de vida e idiomas diferentes te enriquece mucho. Mis primeras giras con Mario Maya me abrieron otro mundo, descubrí, por ejemplo, la danza contemporánea y otros modos de danza que en España aun no se habían desarrollado.
-Y si te hiciesen escoger de los lugares que has conocido… Dime una ciudad, así a bote pronto.
-Nueva York. Me encantaba, de hecho hubo un tiempo en que me quería ir, pero algunas veces las parejas que tienes no te siguen. Y sí, reconozco que cuando tenía unos 22 años me hubiera encantado vivir allí, pero también en Francia, en París. Aunque estoy contenta de estar en España, que es un país maravilloso, y me siento muy satisfecha con mi desarrollo artístico. No me ha ido nada mal si tenemos en cuenta que venía de una familia muy humilde, pero humilde en economía, que no en arte.
-¿Qué aconsejarías a los jóvenes que sienten la vocación de bailar y desean emprender un recorrido artístico?
-Que se entreguen, que lean mucho, que vean a todos, a los grandes y a los pequeños, que vean todos los ballets que puedan, pues hoy en día, por internet, se pueden ver tantísimas cosas…, que sepan escoger una escuela dónde de verdad les enseñen desde abajo, como tiene que ser, pues los alumnos deben formarse en el respeto a las generaciones anteriores, a saber convivir con los que abrieron caminos antes de ellos, porque no te puedes desarrollar como ser humano si no sabes de donde venimos.
MERCEDES ALBI
Fotografías de "¡Gira corazón" de Pablo Lorente
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