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Entrevista a Cristina Cazorla en la Casa de Granada


En la Casa de Granada de Madrid ha comenzado un ciclo muy especial, se titula “La Danza Española en Formato Minimalista” y está organizado por el Ciclo de Conciertos Manuel de Falla.


La bailarina Cristina Cazorla acompañada por el guitarrista Álvaro Toscano han inaugurado el ciclo con su espectáculo  “Escuela Bolera y Guitarra Española”. Ha sido un verdadero privilegio poder admirarles en un recinto pequeño y a la vez tan rebosante. El  aforo de la sala estaba al completo, allí no cabía ni un alfiler, no existía apenas barrera entre los artistas y los espectadores, que recibimos una descarga de arte en estado puro.


Cristina y Álvaro crean un tándem cómplice. Están perfectamente sincronizados, danza y guitarra vuelan a una.


Se trata de un repertorio clásico muy bien escogido que comenzó con los "Recuerdos de la Alhambra" de Francisco Tárrega y transitó por el "Bolero" de Julián Arcas, fragmentos de la "Iberia" de Albéniz… para terminar con música de copla (Ojos verdes, La zarzamora) y una taranta compuesta por Álvaro Toscano. Este joven guitarrista está dotado de una gran sensibilidad. Él mismo expresó al público de viva voz la emoción que le significaba interpretar "El Albaicín" de Albéniz en la Casa de Granada.


Cristina Cazorla, desde que apareció en escena, arrebató. La elegancia de su port de bras en perfecta armonía con todos sus movimientos, hipnotizan. Ella es la depositaria de la más pura esencia bolera. Es como si se hubiera escapado de un grabado de Gustavo Doré, pero en versión mejorada. La bailarina me parece aún más bella y española que sus antepasadas retratadas. Estamos ante la versión evolucionada y acrisolada de todas ellas.


Me encuentro con Cristina al final del espectáculo, donde es costumbre del ciclo que los artistas y el público compartan unos aperitivos.


Cristina Cazorla y Álvaro Toscano en la Casa de Granada

-Cristina, no paras.


-Sí, la verdad es que atravieso una época  muy buena. Se nota que ya todo está arrancando después del horrible parón que supuso la pandemia.


-Parece como si te hubieras multiplicado, vas de aquí para allá… ¿Cómo influye en un bailarín el cambio de escenario?


-Mucho, nosotros nos movemos según el espacio, según el lugar, según el espectáculo por eso nunca hay dos actuaciones iguales.


-¿Dónde has bailado últimamente?


-Ahora vengo de una gira organizada por Ricardo Cue en Italia, con la Sergio Bernal Dance Company  (Verona, Florencia, Bari…).


-¿Podrías indicar alguna peculiaridad de los escenarios de Italia?


-Tienen la dificultad añadida de que suelen tener pendiente, entonces imagínate lo que cambia ensayar en suelo plano y actuar en pendiente. Te modifica el eje del cuerpo. Y la estética del teatro también se deja notar. Este mismo verano lo comentaba con Sergio,  bailamos en un escenario junto al mar, la humedad se dejaba sentir en el suelo. Todo un reto.


-¿En qué sentido afecta la estética de un teatro a un artista?


-Sobre todo en como sientes al espectador: más lejos, más cerca. Hemos bailado en lugares bellísimos de diferente tamaño, lo que modifica la percepción de como percibes a quien te mira. El tipo de público afecta de forma distinta.


-Hace poco te vi en las jornadas de Beta Pública, acababas de regresar de New York.


-Sí.


-Pero además, lo compaginaste con “La Rosa del Azafrán” que se estaba representado en el Teatro de la Zarzuela.


-Me gustó todo mucho. Por  ejemplo, sobre lo que dices de los escenarios, En “La Rosa del Azafrán” había un suelo de goma espuma. Eran las danzas pertenecientes al ámbito del folklore manchego, que es donde se desarrolla la acción. E imagínate, al mismo tiempo estaba con Beta Pública que es un festival de danza contemporánea.


-¿Qué te pareció la experiencia en Beta Pública?


-Es algo muy vivo. El público eran niños que provenían de distintos colegios y edades, no había dos días iguales porque cada grupo reaccionaba de forma diferente. Todo un reto acercar la danza a los futuros espectadores, pero eso sí, la característica común es que siempre salían encantados. 


También participé a principios de febrero en un Taller Pedagógico dirigido por Fernando Palacios, en el Real Teatro de Retiro, organizado por la Fundación Teatro Real, rodeada en 180 grados por el público en un escenario bastante pequeño y gente de todas las edades… Todo son experiencias que te obligan a un alto grado de versatilidad.


-¿Cómo decidiste ser bailarina?


-Fue algo natural. Tenía 8 años en el grado elemental impartido por el Real Conservatorio Profesional Mariemma.


En mi ambiente familiar el arte está muy presente, por eso hay muchos artistas en la familia.


-¿Quiénes son los artistas de tu familia?


-Tengo un tío pintor, una tía fotógrafa, una prima que se dedica el diseño gráfico, otro tío que hace verdaderas maravillas con la carpintería y ha colaborado en la escenografía de mi espectáculo “Madrileña”; pero la que más me ha marcado, además de mi madre que siempre ha cantado y bailado, es mi hermana, que también es bailarina y yo, al ser la pequeña, siempre la he tenido como referente.


-Tu hermana Nuria Cazorla hizo ballet clásico, ¿dónde baila ahora?


-Está en la compañía Divadlo Ballet de Lieverec (Checoslovaquia).


-¿Por qué escogiste la danza española?


-Me ha gustado mucho el ballet, pero me he decantado por la  escuela bolera pues el clásico español me parece la disciplina más completa y en la que más he disfrutado desde siempre.


-Cuéntame sobre tus producciones y próximos proyectos.


-Tengo tres programas diferentes girando. El más tradicional es este que acabáis de ver aquí en la Casa de Granada, acompañada por la guitarra de Álvaro Toscano.


-¿Qué conexión tienen tus tres programas?


-El punto de conexión entre ellos es mi compromiso con la escuela bolera, pero que considero que es una joya por explorar a nivel de evolución. Así, manteniendo su lenguaje, trato de conferirle un significado contemporáneo como se ha hecho con otros estilos de danza. Quiero mantener la tradición pero descubrir hacia donde puede desarrollarse en nuevos ámbitos.


-Háblame sobre tus otros dos proyectos.


-Mi segundo proyecto de espectáculo “Memoria”.


-¿Dónde  lo has estrenado?


-Lo estrené en París hace algo más de un año.


-¿De qué trata?


-Investigo cómo funciona el lenguaje de la escuela bolera en otras músicas, más contemporáneas.  Son composiciones de Cristina Suey, la chelista que me acompaña.


Busqué además lograr un cambio de emociones que no se suelen dar en este estilo, sino que he tratado de darles un significado más oscuro, alejarlo de la alegría tradicional que suele caracterizar a las danzas.


-¿Se podrá ver próximamente?


-Sí, ya lo llevamos a la Sala Berlanga en la pasada temporada y ahora, el 20 de abril, al Auditorio  Paco de Lucía. El Día Internacional de la Danza, el 27 por la mañana, participaremos en Danzadero,  en los teatros del Matadero organizado por la Asociación de Profesionales de la Danza de Madrid; y por la tarde,  lo representaremos en formato completo  en el Teatro Centro de Navalcarnero.


-Y tu tercer espectáculo se titula “Madrileña”.


-Sí, soy yo misma, porque nací en Madrid. Es mi identificación con lo que significa mi ciudad. Tiene un formato musical muy tradicional (Pichi, Intermedio de Goyescas, coplas, La Violetera…) pero con un enfoque muy actual. Trata de cómo vivo Madrid como mujer del siglo XIX y cómo interpreto la historia de la ciudad. Me atavío como gata, ya que así nos llaman popularmente a los madrileños, pero de repente, la “gata” se engancha y se desprende de todo ese lenguaje de la escuela bolera…


-¿Dónde vais a hacer “Madrileña”?


-Dentro de la programación de MADferia en julio, y desde ahí esperamos poder girar del espectáculo. Tengo un equipo magnífico: Carmen Angulo, Verónica Garzón, Begoña Quiñones, los músicos que me han acompañado, el equipo técnico.


-Pues que tengas mucha suerte.


-Mil gracias. Se trata de proyectos muy diferentes pero a mí me estimula la variedad, me encanta. Estoy muy ilusionada, trabajando muchos y es que seguir en el camino es en definitiva lo importante.


Cristina Cazorla y Alvaro Toscano en la Casa de Granada

MERCEDES ALBI

Fotografías Gabriel M. Olivares

 

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