(LA) HORDE, Ballet National de Maseille ha impresionado en la Sala Roja de los Teatros del Canal con su ballet “A room with a view”. La compañía fundada en 2013 por Marine Brutti, Jonathan Debrouwer y Arthur Harel, busca un replanteamiento de los códigos artísticos actuales, siendo un referente de vanguardia.
En “A room with a view” se ha logrado una completa sincronización de todos los elementos escénicos de los que se saca el máximo partido.
En su argumento, unos escultores trabajaban con el mármol para liberar al hombre que se haya dentro de la piedra. Una alegoría que indaga en la necesidad de los protagonistas de escapar de la inmovilidad, quienes escudriñan el desastre inminente a la vez que vislumbran la posibilidad misma de su hermosura.
La escenografía impresiona. Es una cantera de mármol blanco gigante que posibilita la división de las escenas en varios planos, que envuelven a una veintena de bailarines. Llaman la atención por la heterogeneidad. Son tan diferentes entre sí que se amplifica la sensación de identidad con el espectador, porque al abarcar tal diversidad de formas y tipos sin uniformidad de conjunto alguna, que forzosamente alguno será más parecido a como tú eres.
Solo se representa esta pieza de hora y cuarto de duración, no hay por tanto corte alguno en un proceso que busca la catarsis con el público y la consigue.
Pero si los bailarines mantienen su individualidad, la armonización se encuentra con su absoluto encaje en la música. El trabajo de Erwan Castex, alías Rone, es excelente. Es un músico y DJ galo, que es un destacado productor de performances teatrales y un experto en la música techno más cinemática y experimental.
El componente lumínico es también es clave fundamental del desarrollo. Escénicamente pone a prueba los medios técnicos, desafía y sorprende, como en el momento en que una imaginativa esfera se derrumba llenádolo todo de cascotes sin que nadie milagrosamente resulte golpeado.
Porque la intencionada comunión con el espectador se logra de forma vibrante con un despliegue arrollador de energía, que concluye con la escena de la redención final a través de un único canto colectivo. Imposible no tararearlo con ellos antes del emocionado aplauso final.
MERCEDES ALBI
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