Hoy en la sede de la Compañía Nacional de Danza, la recien nombrada directora, Muriel Romero, ha presentado su proyecto, acompañada de sus colaboradores.
EQUIPO DE DIRECCIÓN:
Mayda Islas, directora adjunta
Ana Catalina Román, asistente a la dirección artística
Violeta Gastón Faci, maestra repetidora Amanda del Monte, directora de producción
Pachi Cabanillas, director técnico
Auturo Barral, gerente
Nos habla con cariño de sus colaboradores y expone su vinculación con la casa, pues ahora se encuentra en el lugar donde comenzó su carrera de bailarina con 16 años, en tiempo de Maya Plisetskaya.
Muriel habla de forma pausa, y aunque a veces se entrecorta, mantiene en todo momento una aparente calma que no deja traslucir sus nervios. No es nada artificiosa, parece sincera, se muestra sin disfraces tal y como es y se apoya en su equipo. Su sonrisa deja entrever una gran ilusión.
"Dudaba si presentarme o no", agradece a quien la animó. Tiene por delante varios años. Terminan de aterrizar hace apenas dos semanas. Piensa mantener el repertorio y cumplir con los compromisos escénicos acordados, y comenzará poco a poco a escribir con tintes nuevos: "La transición durará al menos un año".
"Me gusta que los bailarines piensen, pero también que tengan imaginación", afirma.
Su deseo es reconectar la danza al lenguaje actual de las artes, y complementarse a través de ellas, como poder transformar los cuerpos en luz en la escena, y apoyarse en los nuevos caminos posibilitados por el avance de los descubrimientos científicos y técnicos.
Ella es autora y no va a renunciar a dirigir sus propias coreografías, que continuarán en la CND en la línea que han seguido en su propia compañía. Será interesante ver el modo en que transita desde el formato íntimo al colectivo.
Otra de las características que muestra es su alto nivel organizativo, las líneas maestras de su proyecto estan muy bien delimitadas.
Cuando le preguntan sobre si va a invitar a coreógrafas, ella responde que lo que le importa es la calidad por encima de que sean o no mujeres, pero sí cita los nombres de algunas creadoras que denuncia "jamás han pisado la CND": María La Ribot, Cuqui Jerez, Marina Mascarel, Monica Runde...
Mi impresión es que Muriel Romero sabe lo que quiere. Si los creadores se dividen en dos tipos: de mapa y de brújula, ella es de los primeros, de los que actúan con un plan prefijado más que de forma instintiva. Por tanto, sabe dónde va y lo que quiere.
No escribe en un folio en blanco, sino que encuentra una compañía con un idioma distinto al suyo, por lo que poco a poco tendrá que ir modificando y reescribiendo, hasta que obtenga su propio sello.
Entre los comentarios de los asistentes, me quedo con una frase que sintetiza muy bien la imagen ofrecida esta mañana por Muriel: es una mujer que quiere hacer cosas nuevas.
Mucha suerte y éxitos.
MERCEDES ALBI
Fotografías Alba Muriel
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