“Querencia” el nuevo espectáculo que la Compañía de Antonio Najarro ha estrenado en el Teatro Mira de Pozuelo ha sido todo un acontecimiento. El simple hecho de que una compañía privada, en los tiempos que corren, asuma el resigo de poner en marcha una obra con 16 bailarines, ya es de por si algo muy meritorio.
“No te puedes imaginar el dineral y el esfuerzo que me ha costado esta producción. Pero siento la responsabilidad de llevar la danza española como se merece a través de una compañía privada”, nos comentó Antonio Najarro.
El estreno ha sido un éxito. “Querencia” atrapó al espectador en esa especial nube de felicidad que proporciona el placer de contemplar algo único. El artista es creador de universos, generador de mundos inexistentes hasta que estos cobran forma y se ofrecen a su público. Y eso fue lo que sucedió, sentimos que todos se habían entregado. Se nota que han dado todo.
Los once cuadros que componen el ballet están unificados por la línea estética de corte elegante e innovador de Antonio Najarro. Los aderezos empleados fueron perfectos: el vestuario de Yaiza Pinillos se conjuntaba con la logradísima iluminación de Pua Fullana. En el cuadro V, por ejemplo, se apreciaba incluso la armonía de las luces de los focos con los colores de los mantones de las bailarinas, cual sutil arco iris; la partitura de Moisés Sánchez se acopló muy bien con las danzas, alternando algún momento de lirismo con la fuerza rítmica que exige el coreógrafo.
Y es que “Querencia” es un mosaico. Cada una de sus once partes tiene una personalidad propia, siempre bajo la distinta inspiración de las ramas que conforman la danza española, unas piezas más boleras, otras más flamencas y otras, como el cuadro VIII, inspiradas en el folklore. Y ahí es donde surge la verdadera naturaleza de los intérpretes. “¡Qué bien han bailado!”, era el comentario unánime que a la salida se repetía entre los maestros invitados al pre-estreno.
Destacaron los pasos a dos como el que Tania Martín y Carlos Romero que bordaron el cuadro II; o el de Cristina Cazorla y Daniel Ramos en el Cuadro IV con su exhibición de arte bolero; Lo solos de Carlos Romero (en el Cuadro Sexto, muy bien arropado por Álvaro Madrid, Izán Soriano, Alejandro Lara, y Álvaro Brito), Lidia Gómez (Cuadro VII) y el del penúltimo cuadro, donde Daniel Ramos hace todo un alarde de su gran personalidad. Las partes de conjunto, o los tríos como el cuadro IX (Tania Martín, Álvaro Madrid y Alejandro Lara)… Y es que nada se repetía, cada cuadro era diferente, contribuyendo a una amenidad de todo el conjunto que se unificaba por la línea estética del sello Najarro.
Los que fuimos al Teatro Mira de Pozuelo tuvimos la sensación que asistíamos a la botadura de un mágico navío, que se dispone a surcar los mares del mundo enarbolando el estandarte de la danza española.
Próximamente la nave arribará a los puertos de Corea y Francia. Y emprenderá rumbo de regreso a España donde participarán en Los Veranos de la Villa de Madrid con orquesta en directo (Patio Conde Duque), Festival de Jerez…
Muchos éxitos y buen viaje.
MERCEDES ALBI
Fotografía: Roberto Sastre
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