Cuando recibo la grata noticia de la obtención de nuevo galardón internacional para el documental "En mis zapatos", -protagonizado por el bailaor Paco Mora y su madre Carmen, dirigido por Pedro Morato- a cuyo preestreno en el Teatro de La Latina tuve el placer de asistir hace poco más de un año, me afianzo en la creencia del gran poder que contienen las historias.
Su trama refleja lo cotidiano, el día a día de Paco Mora, el artista que deja todo, abrumado por la responsabilidad de cuidar sólo a Carmen, su madre aquejada de Alzheimer. Es una película sin héroes ni villanos, que toca muy adentro del espectador.
Al verla, uno mismo queda atrapado en esa historia que comparte la misma "h" de la palabra humanidad, sin importar si se exhibe en Biarritz, en Bruselas o en Córcega.
P-En primer lugar, Paco, enhorabuena por este nuevo premio en la 16ª Edición del Festival de Córcega (CORSICA DOC). Sabía que el documental sería un gran éxito, lo predije. Desde el estreno han sucedido muchas cosas, ¿En qué momento os encontráis?
-Bueno, pues estamos ahí luchando y presentando "En mis zapatos" en varios festivales de cine. Hemos obtenido premios, despertando mucho interés por parte de jurado y público.
P-Lleváis un montón de galardones, con lo difícil que es para cualquier película simplemente el ser seleccionada para participar, entre cientos de ellas... ¿Cuáles son los premios logrados?
-Fuimos Primer Premio en el Festival Fipadoc de Marsella; en el Festival de Cracovia quedamos finalistas compitiendo con producciones al nivel de HBO; ahora en Córcega obtuvimos el premio a la mejor película documental de temática social; recientemente, hemos sido nominados al Premio Súper-cuidadores, como mejor cuidador, la película nominada al mejor documental y también concurro como el mejor proyecto social dentro del sector Dependencia. Luego nos vamos a Bruselas, donde "En mis zapatos" ha sido nominada para el premio al mejor documental.
P-Me parece casi milagroso cómo, con tan poco presupuesto, habéis llegado tan lejos, y sin ayuda pública. ¿Cuánto ha costado "En mis zapatos"?
-Nuestra economía... Bueno, si te fijas, la productora es belga, porque aquí en España, ninguna se interesó. Al director, Pedro Morato, le dieron una beca allí para poder terminar la película, de unos seis o siete mil euros, y con eso partimos. Luego a través de crowdfunding, conseguimos otros diez mil y alguna aportación que yo puede hacer al proyecto. En total no hemos podido emplear más de unos veinte mil euros.
P-Eso no es nada para lo lejos que habéis llegado, ¿Dónde crees que está el secreto?
-Yo creo que nuestro secreto, nuestra principal baza, era la verdad, transcribir la verdad a un medio audio-visual. Eso es lo primero que le dije al director, le pedí que, si íbamos a hacer la película, quería enseñar la realidad, no quería mostrar al bailaor "pobrecito" que ha dejado su carrera, ni al hijo abnegado que cuida de su madre, sino la verdad de lo que significa ser cuidador, que es una putada, quiero mostrar que pierdo la paciencia, quiero mostrar que lo hago mal porque la situación no me permite hacerlo mejor.
En el documental no hay pretensiones, no existe la intención de posicionarnos profesionalmente, ni la intención de lograr un rédito económico.
P-Entonces, ¿Cuál es vuestra intención?
-La intención es meramente comunicativa. Pedro, a pesar de lo joven que es, posee un enorme talento y dominio cinematográfico. Buscando la autenticidad y con su modo de rodar la historia, creo que lo hemos conseguido.
Es un poco como con tus textos. Tu escribes desde la verdad, sin ninguna pretensión, cuentas desde lo que sientes, desde lo que te emociona y te motiva, y a partir de ahí nacen tus críticas y tus crónicas. Yo creo que tienes ahí la respuesta.
P-Paco, me emocionas. Contigo me siento incapaz de reducir a palabras lo que a través de tu evolución he presenciado, este "road movie" increíble de tu vida, con ese modo milagroso de reinventarte. Lo que me resulta difícil de comprender en el proceso que vive el cuidador es la razón por la que llegáis a sentiros culpables frente al enfermo, cuando habéis hecho todo lo que estaba en vuestra mano por ellos.
-La culpabilidad es algo incontrolable, porque la enfermedad te hace actuar como alguien extraño a ti mismo, y en la desesperación, que a veces te invade, llegas a olvidarte de lo mucho que quieres al que cuidas. Se intenta luchar contra un destino inamovible y cruel al que te enfrentas, incluso llegas a ver en tu familiar la imagen física de la enfermedad, que es en realidad la gran culpable.
-Pero es injusto que seáis los buenos los que os sentís culpables, cuando seguro que los malos hijos son indiferentes a toda responsabilidad... En fin, cambiando de tema, ¿Tienes algún proyecto artístico en mente?
-Actualmente estoy poniendo en marcha un proyecto turístico especializado que tendrá lugar dentro del ámbito rural extremeño. Está dirigido a cuidadores y familiares con servicio de atención personalizada para que puedan hacer tranquilos turismo y descansar. Está todo dentro del marco del proyecto "Flamenco para recordar" y su objetivo de concienciar de la necesidad de que el cuidador debe cuidarse para poder cuidar. Sigo batallando con el arte a las espaldas.
MERCEDES ALBI
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