Ayer acudimos a "In C" una obra de la célebre coreógrafa alemana Sasha Waltz que nos visitó en el Festival de Otoño, ante una repleta Sala Roja en los Teatros del Canal, con su compañÃa Sasha Waltz & Guests.
Parece ser que ese ballet se ideó durante la pandemia y su novedad fue que se estrenó de forma virtual. No dudo de que en ese momento fuese una propuesta inovadora y el público, encerrado en sus casas y angustiado, se sintiera identificado con la opresión del aburrimiento que "In C" transmite. Pero cuando las circunstancias cambian, por favor, olviden aquello que fue creado con un propósito concreto y no nos decepcionen de esa manera trayéndolo a un escenario varios años después.
Seguro que la compañÃa tiene obras muy interesantes, porque hemos sido testigos de ello en las propuestas operÃsticas que la coreógrafa alemana ha presentado aquà en dos ocasiones: su "Orfeo" en el Teatro Real fue una verdadera maravilla. Escoger "In C" en el Festival de otoño supone un evidente y decepcionante error de programación.
Un consejo para los que estén a tiempo, no es necesario acudir. Simplemente viendo el teaser de la obra y ampliándolo durante sus 50 minutos de duración, uno ya ha visto "In C".
Sumergir al público en esa monotonÃa durante casi una hora, carece de sentido. El público abandonaba la sala con algo de desconcierto. Trataban de explicar aquello, y eso era lo único divertido, escucharles.
Reconozco que habÃa un coloquio posterior organizado por el Goethe Institut, al que no asistÃ.
Cuando una obra de arte está necesitada de tanta explicación adicional, es simplemente porque no es arte.
MERCEDES ALBI